Cada primero de diciembre, desde 1988, se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA.
SIDA: Síndrome de InmunoDeficiencia Adquirida, lo que traducido resulta una enfermedad contagiada que se contagia cuyos efectos son anular las defensas del cuerpo.
Me resulta curiosa la elección del día conmemorativo, ya que “celebramos” el primer caso detectado. Cuanto menos morboso…
Los Ochenta (80´s para los guiris), como ya dije en el post anterior, década EEUU está bajo los efectos de la más rancia política republicana. 1982, se detecta un caso de SIDA. Empiezan a multiplicarse los casos de enfermedad y el gobierno tuerce la vista hacia el “grupo de la muerte”, los Gays. Los gays, sólo por serlo, y sin ningún fundamento eran los culpables de todo, del caos que se estaba produciendo.
Con los años, y después de innumerables persecuciones y años de estudio en laboratorio, se llegó a la conclusión de que el virus que produce dicha enfermedad es transmitida, principalmente, por contagio sexual. Contagio sexual a secas, no contagio sexual entre “maricones”. Es decir, que todos los ricachones del lugar estaban expuestos a un posible contagio por alguna de las pobres menesterosas que tenían a su servil y fervoroso cargo, así como esposas de los mismos…Da igual, el daño ya estaba hecho. Duda: ¿se han pedido disculpas? Ja ja ja…
Desde el primer año, los temas anuales han sido de una forma u otra destinados a las personas. Sí, he dicho bien, personas, cada una con su rol, hombres, mujeres, niños, niñas, y sus relaciones fraternales padre/madre, hijo/hija…Insisto en la palabra: P E R S O N A S.
Curiosamente, pertenecemos a una Iglesia que prácticamente ignora dicha palabra y todo lo que ello conlleva. Los cristianos para la Iglesia actual no son (somos) personas, somos Hijos de Dios.
Hace unos días, nuestro queridísimo, muy venerado y adorado “Jefe del Vaticano” ha encendido, nuevamente, una llama que se mantiene viva con el paso de los años y que ninguna personalidad del más alto Clero ha querido apagar. Mientras miles de personas tratan de echar una mano en el Tercer Mundo, y mientras el preservativo sea el único método anticonceptivo que previene el SIDA, ellos insisten, con una ceguera tal, que recuerda a esa Santa Inquisición que mataba, sacrificaba y quemaba a “brujas” y personas non-gratas, en que dicho artilugio es pecado, no es apto para un creyente en Dios.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, han muerto más 25 millones de personas, unas cristianas, otras no, y cada año mueren más de medio millón de personitas y todas por culpa del SIDA. ¡¡Con lo fácil que es!!
Recordad que estamos hablando de personas analfabetas, que lo único que saben es sembrar, y procrear, nacer y morir, y muchos de ellos de SIDA. Cientos de ONG´s colaboran con dicha causa a pesar de que la Iglesia, poco más que condena al Infierno al que use el preservativo. Mucha más “gracia” me hizo el representante de la Conferencia Episcopal Española, el cual, en rueda de prensa, matizó las palabras de su Jefe, llevándolas al extremo máximo. Dio a entender, que el mínimo guiño que hizo el Papa (perdón, “Jefe del Vaticano”), sobre el uso del preservativo para casos “extremos” no es ni mucho lo que quiso decir y que sólo han sido unos titulares de prensa mal escritos…¡¡Todavía me lo pone peor!!
Y yo me pregunto: ¿qué hacemos? ¿Dejamos que sigan muriendo cientos de miles de personas al año, o les llevamos toneladas de látex, a sabiendas de que vamos todos al Infierno? La respuesta del guerrero es muy clara. ¿Y la tuya?
El que pasa por aquí says
1 diciembre, 2010 at 19:09Borges decía que no pasa un día sin que estemos, al menos por un segundo, en el Paraíso. Aún así, estoy convecido de que vivo en un condenado infierno (ciertos africanos, probablemente más). Y todavía está por demostrar que esté vivo (¿comer y respirar me hace estar vivo? ¿reproducirme me hace estar vivo?).
Si la única manera de no sentirme en el infierno es creer la palabra de un viejecito vestido de blanco (¿cómo puede equivocarse un viejecito vestido de blanco? ¿cómo puede ser malo un gordo con barba vestido de rojo?), tal vez le haga caso… ¡así será mi infierno!
Para otros, la mejor manera de no sentirse en el infierno es no haber nacido. Muchos africanos se hartarían de reír (ya que no se hartan de pan) al oír al Papa (¡claro que no quieren condones: quieren papas!). Pero mientras les ofrecemos condones, les escamoteamos las medicinas, y luego nos molestan si aparecen por el «paraíso» de Europa. Pues sí, lo mejor será que follen tranquilos, vayan a darse cuenta de que no les dejamos vivir (y dejen de utlizar nuestras armas para matarse entre ellos).
Hablar es taaaan fácil.
el guerrero says
1 diciembre, 2010 at 19:38Pues sí. Estoy convencido que el negocio funciona o como diría un funcionario que se dedique a la enseñanza, proguesa adecuadamente. Tengo clarísimo que no interesa que el número de africanos siga creciendo y mucho menos que estén en condiciones dignas, e incluso indignas.
En cuanto a tu comentario sobre si el viejecito se puede equivocar, recuerda que hay un dicho que dice que sabe mas el diablo por viejo que por diablo. Lo que ocurre es que defiende lo indefendible.
Para ellos, posiblemente un condón sea una de las mejores medicinas, aunque necesiten otras muchas…y también te digo que quizás no lleguen a molestar, porque a todo termina acostumbrandose uno, pero no veo necesario que se arrastren por nuestras calles (llámalas como quieras…) y mucho menos que se dediquen a delinquir al igual que la banda de maleantes que entran a diario del Este de Europa, pero eso será para cuando me toque los cojones un rumano…
el filosofo says
1 diciembre, 2010 at 19:16Yo lo tengo claro Guerrero…yo VIVO y dejo VIVIR. Y si por ello he de ir al infierno pues que se le va a hacer. Supongo que allí me encontraré con los míos…que es lo que realmente importa. La opinión de alguien que vive tan distante de la vida real no me interesa. Pontelo, ponselo. Con ese eslogan crecí…
Mayte says
4 diciembre, 2010 at 12:29Por supuesto que todos tenemos derecho a equivocarnos, pero este «viejecito vestido de blanco» lleva haciéndolo mucho tiempo, ese es el problema, y no me refiero a este en concreto sino a todos los que pasaron por su puesto en tó lo alto de la Iglesia.
El problema es que no se pùede vivir en un palacio, viajar en avión privado, y desplazarse en una coraza llamada «papamóvil» y verlo todo desde la distancia. Que en el año 2010, casi 2011, la iglesia continúe insistiendo en la pecaminosidad del uso del preservativo significa que sigue viviendo en su burbuja de incultura por los siglos de los siglos, y si a esas pobres personas que no han recibido ningún tipo de educación en ningún aspecto de su vida, ni siquiera la educación sexual necesaria para evitar contangios de ETS (enfermedades de transmisión sexual), les llega este «señor» vestido de blanco que intenta evangelizar todas esas culturas incultas y les dice que el preservativo el malo, no hay más que hablar, el preservativo es malo y punto, y ellos a seguir muriendo de SIDA y sabe Dios que otras tantas enfermedades, sexuales o no, pero como la Iglesia todo lo puede y la FE también, para qué llevarles preservativos, con la Extrema Unción todo arreglado, así no sufrirán y podrán seguir muriendo tranquilos y alimentándose de la que ha sido, es y será el opio del pueblo.