Hoy, 1 de febrero, el fútbol se tranquiliza. Mejor dicho el mercadeo de mercenarios en el que nos hemos movido estos días se paraliza.
La trata de blancas, o el mercado negro de esclavos en el que se ha convertido esto del fútbol ha llegado a límites insospechados. Y todo, con un denominador común: el dinero.
Movimientos, muchos movimientos. Camisetas pacá, calzonas pallá, y mientras yo a tirar el álbum de estampas porque en nada se parece al que junté. Estos de PANINI deberían hacerlo interactivo, como si colocaras las estampas en la pantalla del iPad, éste lo pongo aquí, éste allí. Ahora creo una carpeta donde meto los centrales, aquí los extranjeros…
Mi misión con este artículo no es resumiros los fichajes que se han hecho en el período invernal. Está claro, que los nombres de Rakitic, Medel (en el Sevilla FC), Adebayor (R.Madrid), Xisco y Javito (Depor), Giovanni Dos Santos (Racing) o Elías y Juanfran (Atlético Madrid) darán juego a partir de ya. Mención a parte la hoja del álbum del Málaga. Ésa la he arrancado y la he tirado a la basura porque era otro equipo…
Pues como os decía, mi misión es la de haceros ver como se mueve nuestra apreciación de las cosas según nos va interesando o nos afecta. Me usaré de ejemplo para no herir sensibilidades. Llega un mercado de invierno, tiesos como una regla y nuestro Presidente, o el Presidente de la entidad nervionense, como queráis, tiene que vender a José Antonio Reyes. Todos, algunos mejor dicho, se rasgaban las vestiduras ante tal traspaso por 15 millones de euros, mal contados. Un caos. Al año siguiente vendemos a Julio Baptista y Sergio Ramos y todos los tachábamos de chaqueteros, camiseteros, ruines y todos aquellos adjetivos malsonantes relacionados con don dinero.
Pongo estos ejemplos, podría seguir con los de Dani Alves, Keita, Poulsen… para introducirme en la parte que realmente me trae a escribir.
Ayer, se produjo un megatraspaso en Inglaterra. Fernando Torres, el niño Torres para la prensa madrileña, ha sido traspasado al Chelsea. Ha cambiado el “red” de Anfield por el “blue” de Stamford Bridge y a todos nos ha parecido magnífico. ¿A todos? Que se lo pregunten a los de la ciudad de The Beattles, a ver qué les parece…
En España, fuera de sentimentalismos atléticos, cuando Fernando Torres fue traspasado al Liverpool, todos giramos un poco la cara hacia las Islas, para no perdernos sus partidos, junto al resto de españoles que estaban allí. Pobre Reina que se ha quedado solito… A todos nos encantaba ver a uno de los nuestros triunfar en un grande, histórico equipo a todos los niveles. La prensa madrileña hizo ver que por el bien del atlético y del chaval, su “divorcio”, más contractual que sentimental, era necesario. Ahora se nos va al Chelsea, a la verita de Abramovic, uno de esos señores que tienen el dinero por castigo. Por los ojos le van a salir las libras al bueno del Niño y todos los españolitos lo vemos bien. Y la prensa encantada…
Ahora compartirá vestuario con Drogba, Lampard, Terry, y mientras, en Liverpool quemando camisetas rojas con el nueve.
Y ahora es cuando el guerrero se para a reflexionar y se pregunta por qué nos parece bien que Torres haga el negocio de su vida, “traicione” a miles de aficionados de un color, y que por dinero y ambición laboral se marche a un rival. En España no he leído ni una crítica, y sin embargo, todos recordaréis la que se montó cuando Figo cambió los colores del Barça por los del Madrid, o Laudrup, o Luis Enrique… He aquí cuando hacemos uso del embudo y sus dos orificios bien diferenciados. Para unos casos, son unos Judas que sólo miran su interés, su bolsillo y su ambición por ganar cosas aunque sea en el eterno rival y para otras, cuando toca a uno de los nuestros, es fantástico.
El mundo del fútbol, para los románticos, debe ser un calvario…
ayer, viendo el telediario de la nueve y pico, no recuerdo el canal, el comentarista dijo que «quedaban 127 minutos para que se cerrara el plazo» para fichar a gente. No eran las nueve y pico. Eran las 21:53. La noticia más exacta que he escuchado en los últimos años. Aunque no era interesante, pues la hora para mí era irrelevante. Como el fichaje.
jejejjee
En este post no etiquetas a Valdano?? jajaja… defines a la perfeccion lo que yo pensaba ayer
Yo como un romántico del fútbol, creo en el amor a unos colores. Creo en jugadores que pasan de los millones y dedican sus carreras al club de sus amores ( o el que ha hecho que así lo sienta) cada día quedan menos…
Lo que está claro es que no todos los clubes tienen millones para poder retenerlos…pero es que si no sale de ellos mismos..malo!!
En fin… NO AL FÚTBOL NEGOCIO!