En pocos minutos estará la primera Cruz de Guía de la Semana Santa en la calle. La Paz empezará su recorrido hacia la Sagrada Iglesia Catedral, previo paso por «su» parque de María Luisa. Posteriormente las palmas que ya han ondeado en el cielo de nuestra ciudad verán nuevamente la luz acompañando a esos peques de blanco cantera de canteras y que nos dan una señal de lo importante de su existencia.
Miles de nazarenos penitentes pasarán por nuestros ojos, y esos canastos portando a Dios Hijo y a su Madre nos harán felices por una semana, si el tiempo lo permite, cosa que parece que está un poco «chunga» según las predicciones a Domingo 17 de Abril…
La Morada, tan versátil como de costumbre, se desmorona por las callejas del centro y de esos benditos barrios, unos disfrutaremos las calles esperando un Viernes Santo glorioso, otros realizarán previamente una Estación de Silencio y Oración mientras que otro, se encargará de colocar una Carrera Oficial divina, para que todo sea como Él quiera…
Pásenlo bien, disfruten, compartan sus emociones y déjense llevar por el ambiente majestuoso que brinda mi/tu/nuestra ciudad en su Semana más grande.
¡¡¡Miembros de la Tribu!!! Feliz Semana Santa.
MoraDama says
17 abril, 2011 at 12:15Estoy terminando de arreglarme con mi ropa de Domingo de Ramos…
Hoy será un gran día y hará un buen día, tememos por otros…
Buena Semana Santa a todos!!!!
Desde Córdoba says
18 abril, 2011 at 11:15«En Domingo de Ramos, al que no va de estreno se le caen las manos».
Ayer todos los cordobeses estrenamos una puerta nueva en la ciudad. En realidad, se trata de la vieja Puerta del Triunfo, entre la Catedral y el Puente Romano, que vuelve a ser puerta depués de muchos, muchos años.
Por primera vez en mi vida he visto los tres pasos del Amor atravesando bajo la Puerta del Triunfo, una imagen que merece la pena.
(No traigo fotos, porque esta noche iba de estreno: estrenaba una nueva ciudad, una nueva mirada)
trovero says
18 abril, 2011 at 22:51Disfrutaremos como bien dices de esta nuestra semana grande. Estrenaré una estación de penitencia en silencio, con recogimiento, con penitencia callada. Espero que la misma me llene de gloria el alma y pueda así servir a nuestro Cristo en el posterior día.