Hace 82 años nos dejó un señor pegado a un bigote que desbordaba sevillanía. Las células de su cuerpo emanaban amor y arte. Amor a su tierra en la que plasmaba todo su arte.
Hace 82 años, Aníbal González moría… En sus 53 años de vida, dedicados desde la cuna a construir, este ilustre sevillano creó el edificio sevillano, la monumento sevillano y creó un estilo que muchos añoramos. Si levantara la cabeza el bueno de Aníbal y viera la aberración que han levantado en la Plaza de la Encarnación…
Aníbal murió con su sueño arquitectónico cumplido, le dio a Sevilla esos aires de grandeza que siempre tuvo, pero plasmados de la forma más sevillana. Nunca nadie expresó Sevilla con tanto arte.
Además para no ser punto de mira dejó huella en ambas orillas del Guadalquivir, su río. En Sevilla, lo hizo todo, pero es que en Triana, señores es que en Triana dejó la Capillita del Carmen. Habrá algo más trianero que la Capillita, habrá algo más coqueto en esta ciudad que la Capillita del Carmen…
Pero es que en Sevilla, lo hizo todo, casas por avenidas como Menéndez y Pelayo, varias en la Avd. de la Constitución…para hacer hizo hasta las reformas de la Maestranza.
El Parque de María Luisa lo convirtió en Jardines tras elevar los muros del Pabellón Real y el Museo Arqueológico, le hizo una Morada al ejército para que custodiaran todas y cada una de sus flores y palomas y hoy la conocemos como Capitanía.
Tantas y tantas obras, y todas tan sevillanas que faltan palabras para describir la obra de este señor, el cual no ha sido suficientemente aplaudido por la ciudad…
Y para rematar, dejó para la historia la Plaza más bonita que se puede visitar, la más gallarda, la más sevillana. Con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929, Aníbal, arquitecto jefe de las obras conmemorativas, tuvo una visita celestial y dejó su carboncillo volar e ideó la Plaza de España, y aquí es dónde paro de escribir. Un imagen siempre valió más que decenas de palabras….
Como todo genio y sevillano para la historia, detrás suya dejó una leyenda, quizás dos. La primera dicta que Aníbal murió seco, arruinado (los ciudadanos tuvieron que hacer una colecta para crear una casa para su familia) y extenuado tras concluir las obras de Su Obra. Que esperó a verla inaugurada y se fue cual espíritu que permanece entre nosotros…Se marchitó cuando floreció su obra…
La otra, más terrenal atañe a la imagen del Cachorro que hay en su Panteón. Unos dicen que Ése es el original que se quemó allá por Castilla, en su Patrocinio…¿la verdad? Asomaos un día por su Capilla y Él mismo os dirá si es el Único Dios Verdadero o no…
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