Hoy viernes 1 de Julio finalizan unos días de vacaciones de los que hemos disfrutado MoraDama y yo.
Málaga, ciudad hermana, nos acogió durante una semanita, mas bien uno de sus pueblos costeros, Torremolinos. Sí, vacaciones de antiguos como nos dijo el Filósofo antes de partir…y sí, todo lo que estáis recordando de aquellas películas en las que José Luis López Vázquez hacía diabluras con esas alemanas (ponga le el acentito y tonito típico de este genio…) es real.
Días en los que nos hemos sentido extranjeros, en los que el castellano sólo lo hemos usado, en su máximo apogeo, en el Mercadona…Resulta curioso como una población andaluza se abra a Europa de este modo. Bares, pubs, cafeterías y chiringuitos están abiertos al público en inglés, cartas tapas en varios idiomas…aquí el Burger King no es tal, es HOME OF THE WHOPER, es decir, EL HOGAR O LA CASA DEL WHOPER…cosas del marketing. Los helados italianos, los pollos asados despachados por una alemana y un chaval de origen desconocido…lo dicho, un extranjero en Andalucía.
Y diréis, ¿Hoy no es el día que La Morada dedica a las calles de Sevilla? Cierto. Todo este escrito es para contar que ahora puedo entender lo que sienten los extranjeros cuando llegan a mi tierra. Haciendo uso de la memoria, me adentro cual GPS en Google Maps y cerquita de mi casa hay una calle, antigua de Manuel Mateos, que actualmente se llama Antonio Machín. Este cubano de nacimiento, me va a servir de ejemplo de extranjero que llega a Sevilla, dejando todo atrás…toda su Cuba atrás.
Entre ambos, Antonio y yo, muchas diferencias importantes; yo estoy aquí de paso, disfrutando de los encantos de una playa tranquila, pequeña pero silenciosa en la que estás rodeado de personas y a la vez te sientes solo.Cosas de la cultura europea…y él llegó para quedarse. A mi favor, y sin resultar un trauma, -MoraDama diría que soy muy extremista- el idioma, Antonio hablaba castellano con acento cubano y yo hablo sevillano e inglés de la Barzola con tonalidades trianeras, es decir, que my english is nothing!!!
Antonio, érase un cubano pegado a sus dos maracas…sus brazos no tenían manos, tenía maracas, y su cuerpo no vivía, sentía ritmos latinos…
Antonio, ese negrito cubano que tan cerquita de mi casa vivió y cuyo recuerdo estará para siempre en la calle que tuvo la suerte de ser pisada infinidad de veces por este singular sevillano. Y digo bien, sevillano. Llegó a integrarse de tal modo que llegó a ser miembro de la Junta de Gobierno de la Hermandad de Los Negritos, antes de los negros de la ciudad…
Cuando este post esté casi obsoleto por la caída del día, estaré llegando a Sevilla, dejaré detrás todas la guiris reconocibles por comparación de colores…Si estás más colorá que yo, guiri fija…y cambiaré la playa La Macarena, por el barrio de la Señora de Sevilla. Manda narices que me vengo unos días a la playa y termino en La Macarena…
el filosofo says
1 julio, 2011 at 19:49Cosas de la vida…te vas de un barrio a una playa y parece que no te has movido de casa. Quizás sea por aquello de parecer que estabas en el extranjero…
Guillermo says
31 agosto, 2011 at 11:18Hola, Buenos dias, seria mucho pedir nos relatase sobre la calle Pagés del Corro.
Gracias amigo.
el guerrero says
31 agosto, 2011 at 11:33Buenos días, amigo Guillermo. El único mandamiento de La Morada que todo miembro de la Tribu debe cumplir es hacer felices a los demás. Esta sección ve la luz cada viernes, salvo en el período de verano que ha estado el personal un poco más liberado de sus obligaciones escribanas.
Será un placer dedicarte un post sobre la calle Pagés del Corro. Estudiaré el tema y si no es para este viernes, para el siguiente lo tendrás en tu Morada. Un placer tener seguidores como tú. Un abrazo.