Cúmulo de pequeñas anécdotas hacen a vuestro guerrero capaz de generar el escrito que viene a continuación…
Veintinueve de junio, Torremolinos, día nublado. El Sol luchando con una espesa neblina por querer salir, difícil misión. Playa Victoria no se vislumbra en el horizonte. Una capa grisácea en el cielo hace complicada la visión de todo lo que se recuerda de días anteriores.
Tras el mediodía y la correspondiente siesta, procedemos a pisar la oscura arena malagueña en busca de una tarde placentera…y así fue.
Toalla al firme, cuadernillo de crucigramas y autodefinidos, boli bic cristal, que escribe normal…, y buena música. Empieza a sonar el disco de Antonio Carmona y al cabo de unos minutos, suena un dueto con Concha Buika, y una frase sale de los labios del ex-Ketama. Dice algo así como que con el paso de los años ha aprendido a diferenciar entre los besos comprados y los besos que se dan, yo añadiría los besos robados, que son los más atractivos…proseguía el tema diciendo que ya reconoce a ese amigo, el mejor, que lo es cuando al otro le interesa y cuanto mas dinero haya por medio mejor…justo en ese momento una fuerza sobrenatural entra en mi cuerpo y me impulsa casi sin yo querer hacia la orilla. Unas ganas extrañas de bañarme, un pescaíto se asoma en las limpias aguas mediterráneas y allá que voy…nada nuevo bajo el Sol diréis, pues si pero lo curioso está por llegar. Al salirme del agua, casi misión imposible. El romper de las olas acompañado de la contraola que baja ya muerta en busca del ultimo aliento sal, ha creado una V, una valle en plena playa que imposibilita el normal discurrir de los pasos.
Olas que nacen justo antes de morir, mueren y se marchan…como los amigos, como el de la cancion de Antonio. Amigos, personas que aparecen y desaparecen, algunos quedan… afinidad, sentimiento, compañía que se crea sin buscarlo y cuya muerte puede llegar de diversas maneras, casi sin quererlo. Unos se mueren por aquello de la edad, otros por lo caprichoso del destino y salvo los que quedan, se esfuman porque alguien asi lo quiere.
Como dijo el Gran Inmortal gaditano, hoy me quiero emborrachar con estos amigos míos, que son los que estan porque nunca se han ido, acordandome de los otros. Uno se fue por dinero, otros se fueron por envidia, otro se porque una mujer les robó su corazón entero…unos se fueron de mi vida y otros perdieron la vida cuando se fueron…
Por todo esto y por esos palitos que empieza a dar la vida solo quiero mares en calma y océanos tranquilos y cristalinos escapando de esas olas que vienen y van arrastrando toda la suciedad de los fondos, con la única intencion de crear valles en la orilla antes de morir.
el filosofo says
4 julio, 2011 at 12:50Muy bonita reflexión, simple pero directa y sincera…a mi que en la distancia noto como va esto de la amistad, me he sentido identificado…una vez más! jeje
Como dijo Henry Fielding…»Un hombre ha de mantener su amistad en continua reparación»
trovero says
4 julio, 2011 at 23:44Empiezas a pensar como un trovero cualquiera en la plenitud de sus años. Como dice tu/mi/nuestro filósofo, reflexión simple pero directa. Empiezo a pensar que en esta puñetera vida solo quedan al final los verdaderos amigos. Esos que intentan quitarte de enmedio las personas que crees queridas, esos que nunca fallan aún cuando no te encuentres en plenitud de facultades por uno u otro avatar de la vida. Esos que son capaces de inventarse una llamada de teléfono para ver como te encuentras sin preguntartelo… esos a los que llamas de verdad «Amigos» son los que verdaderamente quedan.
PD.: No me echeis mucha cuenta… hoy me encuentro un poco melancólico.