El día que nací fue el momento en que todo empezó. Se notaba que la matrona y las enfermeras la tenían tomada conmigo. Es evidente; lo primero fue golpearme hasta hacerme llorar. Tuve, pasados dos días, que disimular ser mayor para que me dieran el alta y zafarme del control que sobre mi gran persona ejercían.
Pasaban las horas, los días y todos mis familiares con la puta costumbre de observarme. Todos sus piropos, chistes y palabras bonitas eran rotundamente falsas, sólo las usaban para acercarse a mí, que yo soltara una risa y así tenerme vigilada.
La vida pasa y los cuchillos de vuestras miradas se clavan en mi. No hay día que pase sin una mirada de control, un mal gesto o saludos vacíos esperando saber de mí.
Ya en el colegio siendo joven, muy joven de edad, mi profesora se empeñaba en enseñarme, en nombrarme cada día entre dos de mis compañeros. Disimulaba y hacía como que pasaba una lista, pero su único afán era putearme la existencia. No han terminado las clases de lengua y mates cuando me tocan en la espalda. Una llamada del niño de atrás, amigo de infancia que seguro que pretende controlar mis movimientos; me juego lo que queráis que mis padres están detrás de esto…
-Oye cuando toque la campana, corre para el campito, coge el balón antes de que lleguen los mayores que después nos echan- ¿Veis? lo que yo os decía ¡¡Estoy harto de que me controléis!! ¡¡Dejad de perseguirme!!
Etapas de mi vida se suceden. Empiezas a fijarte en todo, las niñas empiezan a llamarte la atención y tu cuerpo reacciona acorde a la edad. –Hola, ¿cómo te llamas?- Otra puta que sólo busca controlarme…
Decido un día pasear por el centro y es justo cuando entro en el bus y todo el mundo al unísono me mira. Primero fue el chofer, el que dio la voz de alerta, posteriormente el abuelo, niños, niñas, madres; me vigilan y suben y bajan en las paradas de forma ordenada para que no parezca muy evidente y así no perderme de vista. Están todos “compinchados”. El mundo tiene un complot contra mi…
Llega el momento, te encuentro. Eres la persona con la que quiero compartir mi vida. Eres capaz de obligarme a que no vaya descamisado, a alejarme de mi familia y mis amigos para que dejen de controlar mis pasos, mi vida. Ya no noto sus cuchillos en mi…eres tan maravillosa que lo único que veo son caras conocidas por ti, tu familia, tus allegados, tu gente…Eres tan grande que te las has ingeniado para cogerme el móvil, me has borrado todos mis contactos. Así nunca tendré la tentación de llamar a los míos para que me acuchillen con sus miradas de “amor” y sus palabras y actos. Te quiero…
El colmo de tu amor llega en un instante en el que pierdo los nervios y me tienes que dar una hostia por mi bien. Mientras, en mi casa vivo un infierno porque no entienden que eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
Mi vida a tu merced, consigues alejarme de los míos, incluso eres capaz de pegarme, y todo por mi bien, todo por mi…
La mala suerte se apodera de mi vida. Ya no estás a mi lado. Has encontrado otro qye hará más feliz. Me siento muy desgraciado…
Todo lo que tengo a mi alrededor, todos los que dicen ser mi gente me dan de lado, incluso cuando me llaman, a diario, preguntan como estoy. Me sacan a pasear, dicen preocuparse por mi, lo hacen de verdad, más aún, nos vamos de fiesta, me emborrachan y todo para putearme la existencia…
-Doctor!! deje de mirarme así- le dije al psicólogo mientras me levantaba del diván… ¿por qué todos la tienen tomada conmigo?
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