Como todo en esta vida que nos ha tocado disfrutar y que en la mayoría de los casos mas que disfrutarla y vivirla a tope, nos dedicamos a dejarla pasar, hay varias dualidades, algunas mas evidentes, otras se disfrazan, se mimetizan con el medio y no son perceptibles a primera ni segunda vista.
Como podéis ver, el titulo entremezcla a diablos con ángeles, a los blancos y a los negros, y no estoy señalando ninguna raza, sino formas de comportamientos, conductas e incluso la tonalidad del corazón y los pensamientos de algunos de los anteriores…
Y diréis que no le veis mucho sentido ya que los angelitos son blancos de espíritu y el diablo negro de corazón; pues no os creáis todo lo que veis porque os aseguro que hay auténticos diablos con faz terrible y aspecto general bastante aterrador que cuando los tratas y le das un poco de cariño, confianza e indagas en su interior, convierten su negrura externa en el más puro de todos los colores y son capaces de devolverte el mas blanco de todos los gestos posibles.
Sin embargo, los otros, los que nunca han roto un plato como se dice por mi tierra, esos con carita angelical, gesto impoluto, con ropas de linaje y exquisito aroma destilado por los mejores perfumistas de la corte del emperador de turno se pueden transformar en la peor de las escorias y sus gestos, sus pensamientos y actuaciones pueden ir acompañadas del mas negro de todos los grises, el mismísimo negro. Fijaos bien ya que en algún lugar de su recóndito ropaje llevaran escondida la daga maldita que le extirparon al mismísimo Bercebú y será el objeto más utilizado por este tipo de personajillos, personajes celebres y emblemáticos en muchos casos, en cuanto lo que vean de ustedes sean el dorso. Dorso que en muchos casos pensábamos bien cubierto por la amista de este pulcro señor. Nada mas lejos de la realidad.
Los casos extremos en este caso se han desechado ya que ni nos interesan los blancos puros y angelicales, ni los demonios negros con olor a azufre…
Este guerrero os advierte que no hagáis juicio de valor a ningún ser humano antes de tiempo, que no os dejéis influenciar por el aspecto, color y cuidado del plumaje del pajarito en cuestión y tratad de iniciar un viaje al centro de los corazones de todos y cada uno de los que nos rodean de modo que podamos comprobar por nosotros mismos que lo que vemos es lo que hay y así no confundamos tonalidades.
Como última apreciación, este guerrero descarta por sentido común a los demonios negros azufrados, aprecia la existencia de todos los celestiales y angelicales blanquitos aunque no los quiere muy cerca y se ha impuesto una orden de alejamiento sobre todos los angelitos que van de ello y son negros de corazón. Todos aquellos que seáis diablillos, demonios, tengáis el rabo de los infiernos escondido y la vara de trinchar en algún rinconcito y a su vez un fondo tan blanco como la mismísima paloma de Picasso, os espero en los laberintos de mi vida y cuando queráis tenéis las puertas de La Morada abiertas de par en par.
MoraDama says
12 septiembre, 2011 at 10:27Me ha gustado mucho este post. Sabes que me encanta el tema Angel o Demonio…
Siempre resultan mucho más atractivos los que tienen apariencia de diablos y luego tienen un corazón puro…
Muy bueno Guerrero!!!
miriam says
12 septiembre, 2011 at 10:34Gran post guerrero. Una vez más, acertado de pleno. Yo, durante 30 años he ido dejandome engañar por el color de sus plumajes, (más tira el blanco que el negro) y gracias a muchas personas, entre ellas a tí, me he podido dar cuenta que efectivamente, hay ángeles que no tienen ese gran plumaje y demonios que no son tan feos.
Así, que sin ser un gran ángel de plumaje blanco impoluto, ni un gran demonio con grandes cuernos y rabo puntiagudo, espero estar durante mucho tiempo en el gran laberinto de tu vida.