Una pequeña calle, un personaje enorme en el cielo de Sevilla…
Quizás no sea la calle que se merece, el lugar sin dudas es fantástico. Quizás no sea de Triana, quizás sí como muchos se atreven a afirmar.
Qué mas da si fue en 1474 o en 1484, diez años no definen la vida de este Ilustre Sevillano que gobierna la ciudad protegiéndonos, como lo hizo con los indígenas en su momento allá por México…
El tema de las fechas es muy curioso. Mientras en todos los lugares leídos aparece 1474, Weidman asegura tras estudios e investigaciones que nació en Triana en 1484, y en Triana.
Así pues esta Morada de costumbres y tradiciones lo tomará como tal, trianero.
Quién no recuerda la imagen de Jesús del Gran Poder caminando por calle Zaragoza, cuando el frío de la madrugá empieza a meterse en los huesos. ¿Es el frío de la noche o la calma, la serenidad y ese rostro al pasar delante tuya precedido por miles de anónimos de negro? Lo que sí es evidente, es que Bartolomé de Las Casas desde su calle perpendicular a dónde nos encontramos, baja del letrero de su nombre para pedirle al Señor de Sevilla por todos nosotros…
Retomando el tema que nos atañe cada viernes, hoy nos visita en La Morada Fray Bartolomé de las Casas, otro Ilustre sevillano, o uno de los Doce Apóstoles de Sevilla como muchos se atreven a llamar.
Allá en lo alto del Palacio San Telmo, se encuentra su efigie junto a otros once señores, cada cual más majestuoso, cada cuál más importante…
Este fraile dominico, teólogo, cronista de la época, filósofo, jurista conoció a los Reyes Católicos y a Cristóbal Colón, y fue la pieza clave en la lucha por los derechos de los indígenas en la época de la evangelización. Muchos, todos, entendían la Evangelización como golpear la cabeza, y lo que no es la cabeza de los allí nacidos, con una Biblia de pastas gruesas para que su fe le convirtiera al cristianismo.
Las Casas como así lo conocían, se marchó a las Indias unos diez años después de su descubrimiento. Pasó por Santo Domingo (La Española), se ordenó sacerdote allá y posteriormente pasó como capellán por la expedición que conquistó Cuba.
Viendo los destrozos que la Iglesia y la corona hacían en dichas tierras, y siendo su único objetivo la evangelización, envió a España una documentación en forma de reforma para cambiar Las Leyes de Indias y así acabar con los infinitos abusos a los que el pueblo autóctono estaba siendo sometido. Como todo en aquella época, fue un desastre. Ni los indígenas ni los colonizadores le hicieron el mínimo caso…
Pasados los años, allá por 1543, Las Casas fue nombrado Obispo de Chiapas (México), cargo que ocupó durante 4 años ya que, según cuentan, su forma estricta de mandar le ocasionaron multitud de inconvenientes que le obligaron a volver a Castilla.
Como legado escrito más importante nos dejó su Brevísima relación de la destrucción de las Indias.
Pues sí, estamos ante un grande de la historia. Otro de esos personajes, que pese a su extrema tozudez, será recordado como uno de los primeros “misioneros” que trataban de buscar la paz en una época un tanto complicada para los “indios” descubiertos…Ríete tú de cómo están ahora por esas tierras…
La semana que viene, el tercer Ilustre Sevillano que salvaguarda las calles y las Cositas de mi Sevilla.
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