Déjame sentir

De vuelta de unos días de viaje, con las pilas cargadas para todo lo nuevo que me espera, os traigo una nueva entrega de mis cosas, en este caso cositas.

Una súplica (de concurso), no por mí, sí para mí; el regreso y su cambio de estación, y una poesía de infancia con los sueños siempre presentes en mi vida.

 “Miénteme aunque sea miénteme que no me importan las palabras, me conformo solo con oír tu voz. Quiero verte aunque sea en sueños, que aun pretendiendo llevarme a la libertad definitiva, andan perdidos por el camino. Siendo solos ellos los que me hacen volver a ver tu cuerpo, tu cara y tu risa. Tócame, sin compromiso, pero déjame sentir de nuevo el contacto de nuestras pieles. La tuya sobre la mía, la mía sobre la tuya o ambas entre sí. Ponte de nuevo tu perfume, el de diario, el de los mejores momentos, el que me recuerda a ti, y así podré reconocerte más fácilmente. Déjame besarte, como amigo, y así mis labios saborearán por un momento la añorada dulzura de tu piel. No te pido nada más, hoy por mí no te pido, solo te pido por ellos, por mis sentidos.”Fin1

“La que es mi nueva casa me recibe con Sol, luz y calor, llenándome de alegría. Quizás sabe de la falta que tengo de sentir calor, de no creer que la oscuridad me espera y que hay algo de luz más allá del presente que querría vivir con algunas cosas del pasado.

Cielo azul, naturaleza que invade cada lugar que piso. Sol que calienta con fuerza sabiendo que poco a poco sus visitas no serán tan frecuentes y que echará de menos calentarnos más que nosotros que él nos caliente. Por ahora disfruto con él y agradezco su presencia a modo de detalle de bienvenida. Mañana no sé si estará cuando me levante.

Llega el invierno, solo eso.” Fin2

 “Sueños de algodón,

sueños efímeros,

que dentro de los sueños

falsos sueños son.

Sueños de amor,

dulces como el algodón,

que hasta en sueños

te engaña el corazón,

flores imaginarias,

sobre barcos de hormigón.” Fin3

 

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