Hoy pasé por la Basílica de la Macarena como tengo costumbre de hacer cada semana, para hablar con la Virgen de la Esperanza y con su Bendito Hijo.
Resulta que si puedo, me pongo siempre en el mismo banco desde donde diviso, perfectamente, el Altar del Señor de la Sentencia, el de la Virgen del Rosario y el camarín de la Virgen de la Esperanza.
A la hora que suelo ir, hay pocas personas y parece que tengo más intimidad con Ellos, que no cuando hay muchas personas y en particular los turistas, que continuamente están de un lado a otro tirando fotos con sus móviles. Aunque al decir verdad, me da lo mismo, porque desde que entro en la Basílica, sólo tengo ojos para la Señora y para su Bendito Hijo, a los que por cierto, les doy bastantes palizas con mis peticiones.
Enfrascado estaba en mi conversación con la “Señora” que no me di cuenta que en el mismo banco y pegado a mí, se había sentado una señora muy mayor. Al poco tiempo, se me acercó y muy bajito me dijo, ¡Caballero, usted perdone! Mire es que tengo promesa de rezarle a la Virgen tres salves y resulta que por culpa de mi mala memoria, no me acuerdo de ellas, ¡yo le rogaría si es posible que usted en mi nombre me las rezara! Yo accedí sin dudarlo y le recé sus tres salves a la “Señora”. [Read more…] about ¡Esas cosas que me pasan!