Entraste en mi vida hace un año…
Realmente no fue así, eso es lo que le decimos la mundo para que nadie se enfade. Tú y yo sabemos que nuestra historia comenzó el día que nos conocimos.
No hubo presentaciones, no hizo falta. Una pequeña carta fue suficiente, y a la vez innecesaria. Tú y yo sabíamos que el destino nos tenía preparada una aventura de la que casi nadie estaría de acuerdo.
Fue el primer encuentro el que marcó el deseo y la pasión. Con tan sólo mirarte, rozarte y sentirte torpemente, supe que estarías a mi lado más pronto que tarde.
Hubo encuentros esporádicos entre nosotros. Siempre era yo el que iba a visitarte; tú ahí sin rechistar, como si nada pasara, como si el tiempo se detuviera cuando estábamos cerca el uno del otro.
Tu superas los 20 por muy poco, yo tenía 30 cuando te conocí. Tú me transmitías buen rollo al lado de tantas y tantos otros que pasaban por mi vera sin decir un sí o un no. Eran vulgares. Lo eran o era mi mirada que sólo se direccionaba hacia ti.
Ves la ilusión de los demás con cualquiera y te preguntas siendo muy malicioso qué verán en esos si tu eres un pecado digno del más sagrado de las encuadernaciones. Será tu estilo el que me cautivó, tus hechuras y tu forma de moverte. Será tu casino online forma de decir las cosas e interpretar mis movimientos y siempre con esa pureza virginal del que nunca ha roto un plato.
Hace un año que entraste en mi cuarto por primera vez. Tras muchos cambios en mi medio ambiente y mi alrededor decidí que era el momento de empezar una relación seria, formal y muy muy atractiva. Como ya he dicho, la mayoría de la gente no entendía mi amor por ti, mi estado desbordante de ilusión desde horas antes y es que la emoción que sentía no me permitió al principio hacer lo que tantas veces había soñado.
Fechas antes apareció un competidor, de tu misma familia y eso te hacía recelar de él, seguro. A pesar de mis escarceos previos, tu estabas siempre en mi mente como esa sueño que se repite una y otra vez, aunque eso sí, siempre con final feliz.
Y llegó ese momento, los nervios me hacían no responder. Era nuestra primera vez. Empecé con todo el tacto del mundo a desvestirte, casi no quería rozarte no fueras a romperte. Un crujido se oyó y mi corazón a punto estuvo de romper mi pecho. Sólo fue un ruido pasajero. Poco a poco tu ropaje fue cayendo, tus vestiduras quedaron a un lado y tal era mi sentimiento que conseguí encenderte muy pronto, casi sin hacer nada. Tu cara se iluminó y los sentimientos y las muestras de cariño fueron justo lo que yo pensaba. Encontré ese día lo que tanto necesitaba a pesar de que hubiera otros que sintieran celos cuando te tenía entre mis manos, tocándote, acariciándote. Me daba igual, no tenías ni tienes comparación.
Tras muchas visitas mías y algún que otro cambio en mi vida, mi iMac llegó a mi cuarto y desde ese momento no me ha fallado. Gran pecado la manzana mordida…
Ja, ja, ja… y luego dices de mi… Tú si que tienes arte Guerrero ¡¡¡¡
Ten cuidao xq ahora puede coger celos del note … Jajaj
Q fácil es regalarte y acertar 🙂