Cuerpo negro, sin recibir energía alguna y mucho menos transmitirla…
Habitación oscura, alma apagada. Ese es el escenario de los sueños en el que me hallo.
Cuerpo negro quemado de tanto palo absurdo, habitación oscura para no ver los cuadros colgados ni sentir cómo se clavan esas miradas cual pasillo de película de terror donde cada lienzo, cada marco lacado en ese dorado antiguo característico, esconde un par de ojos que, de forma disimulada, no pierden detalle de tus movimientos.
Todo esta oscuro, tú, yo y sobre todas las cosas yo.
No veo nada , noto una presencia -¿Quién esta ahí?- el silencio como respuesta.
Me topo con algo que me hace daño en la pierna. Seguramente será algún mueble que se interpone en mi lento y torpe proseguir…
Necesito algo que me ilumine el camino, mi alma oscura necesita luz, calor, claridad. -¿Dónde estás que no te veo? Sé que estás, pero no te veo, álzate de donde te encuentres y ayádame a caminar…-
Muchos, la mayoría, te recordarán con desganas, otros con el miedo que trae el mismísimo Bercebú de los infiernos de la guerra y las torturas…Sin embargo yo te necesito cerca. Me has acompañado en mi lento caminar durante tantos años y de buenas a primeras has desaparecido, no estás y me siento perdido, aislado, a oscuras…
Tendré que buscar una nueva media naranja, una que nos valga a los dos. Ni mucho menos la compartiré, nunca lo he hecho y ahora tampoco se dará el caso, pero sin una buena bombilla, mi querido Flexo, no me aportas la luz que necesito para encender y dar luz a mi vida.
desde mi lejana oscuridad ... says
23 febrero, 2012 at 14:12…sigo buscando ese flexo que me haga no darme más golpes con mi alrededor!
Melva Hernandez says
24 febrero, 2012 at 00:26Buscar una nueva media naranja interesante ……