Esto será lo que te dije que haría…
Érase una vez……..Bueno voy a dejarme de rollos de cuentos de hadas.
Un día te vi, me crucé contigo y me hiciste gracia. Yo andaba a mis cosas y tú a las tuyas y poco más.
Nuestros saludos eran correspondidos y poco más…
Alguna que otra risa habíamos echado por algún motivo o alguna de las tonterías de los que por allí andaban. Poco mas…
De buenas a primeras mi vida da un giro radical, -si 360 grados te devuelven al mismo sitio, yo di tropecientas vueltas a la circunferencia de los radianes de la vida- y al tratar de empezar a parar me topé contigo.
Ya no eras la que me hacía reír, aunque seguías en tus treces, ya no me saludabas aunque seguías haciéndolo. El trompo que escribe se paró y te miró y comprendió que lo que necesitaba era seguir girando.
Ahora la vida no era el equilibrio; la punta de la peonza se desgastaba hasta saltar por los aires y juntos, cuerda y trompo empezaron a girar…
Giros y más giros y ni un atisbo de necesitar biodramina. El vértigo de las alturas se convirtió en normalidad y empecé a comprender que las palabras y los malos rollos no importaban porque los dos puntos y el paréntesis se unían en mi cara para pintar la mayor de las sonrisas cada instante.
Tengo que reconocer que las montañas rusas nunca fueron mi debilidad, y ahora subo y bajo anclado a tus giros. He comprendido que la vida es así, un girar, un subir, un bajar… Aún me cuesta lo mío, y lo sabes, pero día que pasa el paréntesis que representa mi sonrisa es cada vez más negrita y eso es lo que importa.
Por esto y por mil cosas que nos guardaremos para siempre, mi querida princesa…
Anita says
16 febrero, 2012 at 01:35Lo sabes.. precioso 🙂
Que sea único y para siempre.
el filosofo says
16 febrero, 2012 at 13:03a la tercera lectura me he emocionado…cosa de este Filósofo, cuya vida empezó a girar hace casi 5 años y cuya punta de la peonza se rompió no más de un año atrás. Ahora gira y gira, peonza y cuerda juntas, sin armonía que la haga bella en su girar. Siempre atada con una moneda de 5 duros en la punta, punta fijada en mi querido sur… en el cual en una de esta vueltas acabaré cayendo.
un beso.tv
Yeyi says
16 febrero, 2012 at 18:33«Un día te vi, me crucé contigo y me hiciste gracia. Yo andaba a mis cosas y tú a las tuyas y poco más.
Nuestros saludos eran correspondidos y poco más…
Alguna que otra risa habíamos echado por algún motivo o alguna de las tonterías de los que por allí andaban. Poco mas…»
No has podido explicar mejor el momento en el que nos «conocimos»… El conocimos lo pongo entre comillas, por que aunque sea de vista, sabíamos de nuestra existencia, yo era la «hija de» que correteaba por esos pasillos, mientras tú andabas en tus reuniones de diputados…
Pero los años pasan y ya la niña no era tan niña… Hasta que un día nos cruzamos, pero esta vez de verdad, en esa época del año que tanto nos gusta a los, cada uno haciendo con su grupo de trabajo sus deberes correspondientes, como bien dices los saludos eran correspondidos y alguna que otra sonrisilla salia de nuestras caras, por alguna cosa que nos dijéramos, o como bien dices en tu post dijera otro… Esa época del año que tanto nos gusta a nosotros se fue, para dejar paso al verano, época tras la cual empezaron nuestras conversaciones con un «hola, que tal?» hasta que llegaron al punto en que eran diarias y de bastantes horas de duración no hace mucho… Lo que sigue no hace falta que lo cuente por que como tú has escrito: por las mil cosas que nos guardaremos para siempre…
Solo decirte Guerrero, que Gracias y mil veces Gracias por dejar que esta cuerdecita loca que escribe se enrede en para siempre en tu trompo…