El árbol del que salí era vetusto como la misma naturaleza.
Muchos de vosotros habréis escuchado en innumerables ocasiones el dicho popular ese que dice: «Tienes mas años que un bosque». Nada más cercano a la realidad.
Pues de uno de esos árboles que componen la frondosa arboleda de la vida nací yo. Una pequeña y humilde ramita que poco a poco me fui convirtiendo en rama para pasar a ser tronco. Toda una experiencia…toda una historia la de mi evolución.
Mi presente como veis se encuentra anclado al camino de la vida. Mi pasado se refleja en las muescas que tengo en mi interior, tan redondas como mi sección, marcan las épocas que por mí han pasado, pero a casi nadie le importa lo ocurrido.
Ahora soy una pieza más del puzzle de la vida. Muchos, todos diría yo, me tocan, chocan sus manos conmigo y yo los conduzco con seguridad hacia un futuro que nadie conoce, que prácticamente es un oasis borroso al que nadie tiene acceso hasta que se convierte en presente.
Qué extraña seria la vida si supiésemos lo que nos vamos a encontrar al final del tronco.
Siempre fui de la idea de vivir cada astilla de vida como si fuese la ultima, por eso he causado tal efecto en la fotografía. Sólo me interesa el presente. Vivamos el presente, disfrutemos de él para que cuando la visibilidad del devenir sea cristalina podamos decir que hemos vivido hasta llegar aquí y no sólo que la vida ha pasado por nosotros.
Por eso y por mil razones más, sean felices, aprovechen cada minuto de sus vidas y echen raíces. Raíces que pronto serán miembros de una inmensa y frondosa arboleda…¡¡Larga vida a La Morada!!
Eduardo Penin Arellano says
6 marzo, 2012 at 19:44Muy bonito. Enhorabuena.
Velenus says
7 marzo, 2012 at 18:56Que bonito¡¡¡ y que razón llevas. hay que vivir el presente, disfrutar la vida sin saber que nos espera. si no, que gracia tiene? muy bueno
el filosofo says
8 marzo, 2012 at 00:35Larga y presente vida!!! besos.tv