Hoy no me queda más remedio que sentarme encima tuya. Mi clase comienza a eso de las cuatro de la tarde, es decir, unos 42-43ºC, casi ná…
Me gustaría saber qué valor sentimental puedes tener para tu dueña para que cometa la salvajada de forrarte de un plástico trasparente, impermeable e in-transpirable.
No me estoy refiriendo a que pierdas belleza -aunque la mona se vista de seda…-, me estoy refiriendo que no puede ser valor material, monetario, ya que dudo que le costaras más de lo que yo pagaría online casino canada por un ventilador a pilas de los chinos.
Cuarto todo el día sufriendo los rayos del sol, hora pésima y forrito de plástico…
Lo dicho, no entiendo porque te ponen eso. Si es para tu conservación, ya te digo que no es necesario porque eres fea como la madre que te parió. Tu tapicería es una inspiración de Dalí y Picasso ambos tras un lote de whisky del lidl y aunque robusta, tampoco eres muy cómoda.
Ahora bien, si la cuestión es que el culo del que se siente en ella empiece a sudar y le lleguen los chorreones de liquido elemento a las rodillas, el plastiquito cumple su cometido a la perfección.
No os podéis imaginar el calor que paso sentado encima suya. Y ya de camino, imaginaos la postal del profesor saliendo con el pantalón húmedo de una clase…
Si los de sanidad supieran de tu existencia te denunciarían por deshidratante. Lo que hay que hacer por dinero…
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