En recuerdo de un hombre fantástico; en recuerdo de un profesor ejemplar; en recuerdo de un padre y marido como los que no quedan; en recuerdo de un hijo del que estar orgulloso; en tu recuerdo, en el tuyo…
No he conocido jamás persona como tú. Cada día contigo era diferente, las clases mas amenas que he tenido han sido las tuyas. Contabas historias e intentabas hacernos reír con tus anécdotas. Enseñabas de una manera muy peculiar, por mi parte, jamás olvidada.
Recuerdo con exactitud el año que fuiste mi tutor. Viajábamos a un lugar diferente cada tutoría: un día nos llevaste a una isla desierta, otro nos metiste en un cohete hacia el espacio, otro simplemente nos hacías reflexionar acerca de nuestro futuro, y de verdad te digo que, aunque creyeras que no, esas reflexiones, discusiones, viajes, etc, nos iban a ayudar de una manera muy importante más adelante.
Ni que decir queda que, como profesor, eras muy bueno. Es fácil recordar lo torpe que era con las matemáticas, me costaban la vida…y suspendí algún que otro examen, pero me hiciste ver que sin esfuerzo no se consigue nada, y que si quería lo conseguiría, así fue. No parabas de felicitarme y para mí aquello era un premio, el orgullo de un profesor, de mi profesor. Estoy segura que como yo, todos los alumnos que han tenido la suerte de tenerte como profesor piensan lo mismo. Siempre te ha gustado ayudarnos a superarnos, ayudarnos a que subiéramos el siguiente escalón tanto en los estudios como en nuestra vida personal.
Eres uno de los pocos profesores al que podemos llamar amigo. Te contábamos todas nuestras cosas, sobre todo las niñas, que te sentíamos como un compañero más el cual nos entendía como nadie. Te poníamos al día de todo, las nuevas parejas, los cotilleos de clase, los conflictos…todo, y tu, a veces, nos informabas a nosotros de cosas que, “se podían contar”.
Además me gustaría poder darte las gracias por todo. Por enseñarnos algo más de la vida, por hacernos reflexionar sobre quiénes somos y porque estamos aquí, por ser nuestro amigo en una edad en la que los necesitamos, por derrochar siempre simpatía, por hacernos saber que todos teníamos algo de importancia en tu vida, por compartir cada día con nosotros y bromear a todas horas, y ,sobre todo, agradecerte el traer al mundo a dos personitas maravillosas que espero, algún día, poder decirles “Vuestro padre era una persona ejemplar”.
Hoy, es un día para recordarte. Hoy, es un día para regalártelo a ti. Hoy, es un día en el que florecen todos los buenos recuerdos en los que apareces. Hoy, es un día para agradecértelo todo. Hoy es tu día.
Aún no creo lo ocurrido, fue como un cubo de agua helada. Me quedé paralizada, en mi mente solo estaba tu sonrisa, tus ojos, tu voz, tú. Todavía es difícil creerlo, y es que un día somos vida y al siguiente no sabemos que nos espera. Siento que algo falta, siento impotencia a la vez que pena y rabia, es una mezcla de sensaciones difícil de explicar. Por ese motivo, me gustaría dar mi más sincero pésame a su esposa, que como él estoy segura que es una bella persona, a todos sus familiares, a sus hijas y al que viene en camino, a todos los profesores, alumnos, amigos, a toda persona que lo conociera, porque sinceramente no creo que nadie lo hubiera olvidado fácilmente.
Por último decirte, que nunca serás olvidado, que fuiste y serás nuestro querido profesor y amigo, y en nombre de todos tus alumnos recordarte que te quisimos y te querremos siempre, porque vuelvo a repetir y repito que fuiste y serás UN HOMBRE EJEMPLAR.
En recuerdo a Antonio Nuñez Castilla.
MoraDama says
3 mayo, 2012 at 11:12Precioso recuerdo Valkana.
Por lo que me ha transmitido tu escrito, se ha ido una persona que aun tenía mucho que aportar. Realmente triste que ocurran estas cosas.
Me sumo a las condolencias para su familia y amigos.
Tu escrito también me ha hecho acordarme de un tutor que tuve en el colegio que me transmitió todo lo que el tuyo. De esos MAESTROS, con mayúsculas sí señor, quedan pocos y es una pena que la vida no haya permitido que muchos otros niños, y sobre todo sus propios hijos, lo conozcan.
trovero says
3 mayo, 2012 at 23:40Verdaderamente, si… gran profesor, gran padre, gran amigo… GRAN PERSONA con mayusculas. Gente como tú queda grabada siempre en el recuerdo. Te vas, pero no te vas, te quedas con nosotros en esas enseñanzas que le diste a nuestros hijos y en esas charlas que nos diste a sus padres. Te quedas porque como dije antes, tus enseñanzas quedan en la mente, en el cuerpo, en la forma de actuar de las personas que trataste… en definitiva, has dejado huella. FELICIDADES Antonio.
María José says
28 diciembre, 2012 at 16:37Querida Valkana, soy MJose prima hermana de Antonio. Escribo en esta página para darte las gracias en el nombre de la familia por las palabras tan bonitas que has tenido hacia el. Sin duda el estará desde el cielo muy orgulloso de haber tenido una alumna como tu y no dudes nunca de que cuando lo necesites siempre estará con nosotros, ya que su alma está en los corazones de todas las personas que lo han querido. Recibe un abrazo de toda la familia.
María del Pilar says
20 enero, 2013 at 17:14Valkana soy Pilar, la esposa de Antonio.
Me encantan las palabras que le has dedicado, lo describes tal y como era, alegre e ilusionado siempre con sus alumnos y su trabajo. Sé que son muchas las personas que lo recuerdan y lo quieren y que a diario lo echan de menos porque él se hacía querer allí donde iba.
El vacío que ha dejado en nosotros lo iremos llenando con todos los momentos en los que nos hizo felices, todas sus anécdotas, sus chistes y sus ganas contagiosas de vivir.
Espero que algún día puedas transmitirle a sus hijas tus recuerdos personalmente. Búscame por facebook (María del Pilar Guerra Cárdenas) o pregúntale a alguno de los prefesores para que te puedan poner en contacto conmigo.
Un abrazo enorme y mil gracias por querer a Antonio!