Día grande solidaridad; gran día con una dualidad que roza la perfección: Cachorro y Sevilla FC.
El escudo del Guerrero con sus dos insignias, tres colores, el negro de su túnica, el rojo de su sangre deportiva y un Blanco común a ambos.
Día de visita al Coliseo sevillista por parte de los rubitos bielorrusos que cada año trae la Hermandad del Cachorro a Triana para que pasen 40 días de felicidad fuera de la realidad más dura.
Pequeños sonrientes con la boca abierta viendo las instalaciones, trofeos, títulos, camisetas…
La sala de prensa ha hecho las delicias de los peques que por unos minutos se han sentido fichaje estrella del equipo nervionense, no siendo conscientes de que la verdadera estrella es esa sonrisa que se escapa de sus bocas cuando una silla, un micrófono y unos anuncios dan el ambiente idóneo para sentirse importantes.
Han saltado al terreno de juego, pisado el césped del Sánchez Pizjuán y se han hecho fotos bajo las enormes salchichas de Oscar Mayer que están encima de los disfrazados banquillos…
Qué gran día el vivido, grandes minutos de Caridad, solidaridad con mis dos colores como protagonistas del día.
Gracias a mi Hermandad y a mi Club por hacer felices a estos pequeños rubitos y a los mayores que los hemos acompañado, que hemos disfrutado lo mismo o más que ellos mismo.
Gracias.
¡Buen escrito, Juanma! Como apuntas al final, algunos disfrutamos hasta más que los enanos… Sólo hay que ver la foto de cierto hermano con un maniquí vestido a lo rojiblanco.
Como dice mi hermano con respecto a Silvio, lo tenemos todo: «Cachorristas, sevillistas y rockeros» (Habrá quien prefiera el reggaeton, pero bueno…)
Precioso acto de la hermandad del Cachorro…como aquella visita a la playa de Cádiz. Solidaridad siempre presente… y que mejor regalo que un poco de amor y sevillismo!
un abrazo!!
Sin duda Filosofo, el mejor regalo que podemos recibir los que convivimos con ellos, son sus sonrisas…