Tan simple como un pasillo de una sala de espera para catalogar a las personas de tu alrededor.
Temprano, muy temprano. Unos van, otros vienen y yo como denominador común a todos. Todos pasan y todos me ven; unos miran, otros hacen como que no te ven y ya el colmo, hay personas educadas que te dan los buenos días…
Eso sirve para clasificar a las personas…por un lado están aquellas que te ven, te miran, te observan y prosiguen con piso firme si lento caminar sin mediar palabra, unos con aires de grandeza, otros buscando su meta. Pensaran que son más que yo por estar aquí sentado sin hacer nada más que verlos pasar.
Después están los más vergonzosos; esos que te ven al llegar al pasillo y que cuando se encuentran a tu altura agachan el morro, miran al suelo y aceleran pensando que les voy a pedir dinero o algo similar. Me refiero a ellos como vergonzosos aunque también se les puede decir que esquivan su actual realidad.
Por siete hay personas, sencillas en su mayoría que te ven, te miran a los ojos y te dan un simple «buenos días». Dos palabras que no cuestan ningún esfuerzo y que me hace creer que aún existen personas a los cuales no les importa convivir con su alrededor. Son las menos…
Si escribo esto es, porque yo antes, de enano, no entendía este último tipo de personas, agachaba mi cabeza avergonzado y no miraba a nadie. Por suerte el guerrerito se convirtió en guerrero y la educación fluye por sus venas y ahora le da los buenos días a las farolas que lo rodean, siempre y cuando, le hagan un mínimo guiño.
Sencillez, buena gente y saluda siempre a tu prójimo…
el filosofo says
31 julio, 2012 at 01:40perdonen mis modales….buenos días, buenas tardes y ahora buenas noches!! 😀