La vida misma: una línea de salida y un objetivo; una meta a la que llegar; meta que ni siquiera tienes a la vista por encontrarse en la contracurva de tu destino…
Todos los preparativos son pocos, te colocas el mono de trabajo, zapatillas adecuadas para la carrera y esperas a que den el pistoletazo de salida. Tú llevas muchos días, semanas, meses, años dándolo todo para estar perfecto, el día señalado.
Cuatrocientos metros que pueden simbolizar las 400.000 trabas que te puedes encontrar en la vida antes de obtener tu medalla, de alcanzar tu meta…
Entremedio de todos estos larguísimos 400 Km una serie de vallas que te dificultarán el camino; a tu lado, otros señores que van a luchar codo a codo por quitarte el premio, todos igual de preparados que tu y a los que la vida les sonríe, a unos los días pares, a otros los impares y a algunos ni los unos ni los otros… Todos con un mismo fin, el tuyo.
Te colocas en los tacos de salida y miradas de reojo de los competidores más cercanos te acechan como queriéndose clavar; escuchas la llamada de la selva en forma de pistola de aire comprimido y a correr.
Muy pronto empiezas a encontrarte con obstáculos, una valla por aquí, unos metros de carrera sincronizada para llegar al siguiente problema con la mejor de las dinámicas…y así vas superando pruebas, una tras otra, una tras otra hasta que la línea recta se vuelve curva y la dificultad es aún mayor, cuando te vuelves a encontrar con un vallado que esquivar, sin perder comba con tu objetivo en la mente.
Ya lo tienes casi conseguido, ves la recta final, últimos 500.000 metros, último obstáculo por evadir y al salir de dicha prueba ya todo liso, correr, correr y correr, no te queda otra…
Por ambos lados se te acercan los mejores competidores y la última zancada la dais a la par; la «fotofinish» es incapaz de decidir quién es el mejor porque todos estáis igual de preparados. El pecho de todos los contendientes han tocado la cinta a la vez, decisión difícil. ¿Difícil? Está claro quien gana, uno de los concursantes de la vida es primo hermano del juez árbitro y le da la victoria…
¡¡¡Viva el enchufismo!!!
Nota: decidme que esta carrera no es la vida misma. Tenía que haber estudiado pa´electricista y así tendría el mejor enchufe…
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