Imágenes borrosas dentro de tu cabeza, tus ojos cerrados te van guiando por un mundo en el que eres un recién llegado, pero bien acogido, tanto que no te sientes extraño.
No entiendes nada, no conoces el escenario en el que te encuentras, ni casi a los actores con los que compartes plano. Te suenan sus caras y a veces solo sus gestos te son familiares. Intuyes a las personas sin estar seguro de ello. Sientes quienes son, nada más.
Sufres, corres, sudas y te estremeces. Angustiado andas por calles que no has visto nunca, pero son como los pasillos de tu casa. Te escondes en tu habitación, sin saber cual es, y en ella te encuentras con algún ser querido sin serlo realmente.
A veces ríes, te diviertes y llegas incluso a amar como nunca antes lo has hecho. Esos son los menos frecuentes y por supuesto lo más gratificantes. Ahí no importa los detalles, el entorno es prescindible, solo hay alegría y buen despertar. Despertar marcado por la pena de que haya terminado tan pronto y sin avisar.
Despiertan en mí más interés los otros, los que llegas a sentirlo tanto, que tu cuerpo se contagia de tu alma y forman parte de él, uno en dos y los dos siendo tres y uno a la vez.
En ellos amaneces con lágrimas en los ojos, con el cuerpo en tensión y agarrotado por la pena, convencido de que todo ha sido real y que tu vida ha cambiado siendo todo una mera interpretación.
El control de tus actos en otras manos, las que manejan tus sueños mientras tú vives en un simple y largo parpadeo.
ÁS_FdN
el guerrero says
15 agosto, 2012 at 11:54Un sueño nuevo, una nueva película de la que eres protagonista…
Melva Hernandez says
15 agosto, 2012 at 23:29Hermoso para reflexionar mucho !! Guerrero un protagonista con mucha alma ?? Será así saludos Filosofo un muy buen artículo como siempre !!!