Realmente da pena que la mayoría de las veces, tenga que andar con pies de plomo y medir las palabras que salen de mis labios para que al caballero o señora en cuestión no le moleste; que tenga que ir batallando día a día guerras sin sentido porque al vecino de al lado le ha dado por meterse en mi vida porque en la suya, no tiene nada mejor que hacer. Da pena ver cómo se rompen amistades, que se creían para siempre, por la falsedad y la envidia que les corroe por dentro.
Me come por dentro y a la vez me da pena tener que callarme las cosas que realmente pienso y siento por tal de no tener otra batalla en la que tener que luchar, aunque tenga las mayor de las razones para hacerlo.
Por eso, cuando vivo todo esto y necesito un poco de tranquilidad, solo me basta con cerrar un poco los ojos y dejar la mente en blanco.
Como decía Mafalda, aquel personaje de dibujitos: “Es curioso, como uno cierra los ojos y el mundo desaparece”.
Totalmente de acuerdo, desaparece el mundo en el que vivo y doy paso a un mundo lleno de felicidad, amor, alegría, amistad, donde no existe la envidia, donde no existe la falsedad entre amigos que son como hermanos.
¿Tan difícil sería que nuestro mundo fuera así? Que no daríamos porque ese mundo que acabo de describir, no fuera el mundo en el que vivimos el día de hoy.
Por eso, muchas veces cuando tenemos un problema y queremos desaparecer un poquito, lo mejor es cerrar los ojos y que ese mundo de color rosa llegue a nuestra mente por un momento.
el guerrero says
8 octubre, 2012 at 11:23La gente es así…
Cómo se suele decir: cada uno es de su padre y de su madre y es difícil que no te salga «rana» alguna amistad que tú pensabas eterna.
Simplemente te puedo decir que aprendas de ello y que la vida sigue…
Antonio Borrego says
8 octubre, 2012 at 12:55Una gran verdad, todos sufrimos cada dia esta idiosincracia de la vida, de ver personas de tu entorno que como dice el dicho «por el interes te quiero…» y cuando no hay interes te «acuchillan literalmente» si haber cometido ofensa, al igual que solo basta con respirar hondo y cerrar los ojos, y todo, absolutamente todo desaparece.
el filosofo says
8 octubre, 2012 at 17:22por supuesto que estas cosas pasan en la vida, pero entonces, sin cerrar los ojos, te das cuentas de los que realmente están ahí y el mundo vuelve a tener ese color que tanto nos gusta…
besos!
Adeyi says
8 octubre, 2012 at 22:05Pues sí Filósofo, tienen que pasar cosas así o parecidas para darte cuenta quienes son realmente las personas que merecen la pena de verdad, y los que no… Que razón hay en esa frase que decimos que se pueden contar los verdaderos amigos con los dedos de una sola mano…