Un artilugio de madera me ha dado la inspiración, aunque se podría decir que no ha sido él concretamente, sino lo que he visto en su interior.
Curioso el detalle poético de ver en el interior de un artilugio de madera, que no tiene tal. Soy así o quizás esa sea la magia de tratar de fijarme en todo buscando la musa pasajera que inspire mis posts.
Lo cierto, es que lo he mirado y he visto el reflejo, cual espejo, de un cuadro celeste que enmarcaba la cara de un niño; un bebé sonriente con cara de pícaro.
La luminosidad que tenía y mi ángulo de visión hicieron que mis ojos vieran algo que realmente no era. Quizás fue la casualidad del momento, tal vez mis ojos quisieron ver algo que no existía.
Recuerdo la típica imagen de ese señor que está viendo la tele y en dicho canal se ve a un señor viendo la tele con un canal que emite, nuevamente a un señor viendo la tele…
Imágenes que se superponen y que nos confunden, no dejando ver la realidad tal cual es.
Lo importante de todo esto es la reflexión que debo sacar y no quedarme con el envoltorio de las personas y mirar en lo más profundo de su ser y así evitar reflejos de cosas que no son…
Comodoro says
19 diciembre, 2012 at 13:08MUCHAS FELICIDADES EN TU EFEMERIDES ANUAL
Yo creia que eran unos rasgos orientales con velo…
el filosofo says
20 diciembre, 2012 at 13:06si fuera por la primera impresión…que sería de esta tu/mi/nuestra Morada… jajjajajjaja!!