El origen

No recuerdo qué día te presentaste delante de mí con ese aire tan cautivador, flotando en el ambiente con esa elegancia evolucionada con el paso de los años. Siempre sentí una atracción pura hacia ti, respeto y admiración pese a ser un atrevido y arrogante principiante.

En mis ratos libres necesitaba saber dónde estabas, te buscaba y cuando te encontraba me dejaba llevar, aunque a veces tuviera que invertir tiempo ocupado para ello. Muchas veces nos veíamos a escondidas y esos eran los mejores momentos. Naturalidad entre los dos, sin que nadie nos viera y sin querer dejarnos ver. Creo que casi siempre lo conseguimos.

De vez en cuando dejaba salir algo de ese amor, lo compartía con determinadas personas, no muchas, sí especiales. Ellos entendían mi sentir y me animaban a hacerlo público, pero y si al hacerlo se iba la magia y la complicidad entre los dos. Así que nunca dejé que fuera de todos, aunque a veces por mi boca salían palabras sobre ti.

Como todo en esta vida, un día ocurre algo y todo cambia. Una situación personal, un amigo que aguanta mis cosas con ganas de batallarlas por mí  y una nueva visión acerca de lo nuestro. Ya no hay motivos de ocultarlo, quiero que la gente lo sepa y que sean partícipes de esta relación que tenemos, más yo contigo que en sentido contrario, pero con la misma pureza que cuando era pequeño.

Mi amor hacia ti me sale del alma, no concibo otra vía para expresarme. Sin estudios, sin formación, solo me dejo llevar. Ya sea con papel y lápiz o sentado frente al ordenador. Con ausencia de las musas o embaucado en sus olores. Metido en la cama, escondido bajo las sábanas o mientras viajo, no importa el medio. Con música de fondo, pausada en los momentos oportunos, o escuchando lo que la vida me sirve a modo de melodía.

Siempre has estado presente y cada día disfruto más contigo. Así que, como desde pequeño hago, seguiré viéndote aunque ya no sea a escondidas. Dejando que mi alma hable sobre un papel de nuestras cosas.

 

ÁS_FdN

@filosofoNervion