El Guerrero de La Morada le deja sus bartulos de entrar a matar a otro que también se las sabe todas. Hoy será El Coleta el que escriba esto que estáis leyendo ya que os trae un doble suceso digno de mención y en un transcurso de pocos minutos, con su chulería de por medio.
Inicialmente se presenta la hora de poner fin a un caso de dejadez y abandono de las obligaciones de un pequeño ser que por medir 180cm se cree el rey del mambo cuando, toda la vida de Dios, el que manda es el maestro. Y sí, digo maestro y no profesor porque aquí lo que prima es la maestría y no la sapiencia. Llega el momento en que uno se tiene que poner más chulo de la cuenta para que no te tomen por el tonto que has estado haciendo durante tiempo y poner los argumentos y atributos masculinos encima de la mesa. Dicho y hecho; en una hora resuelto el problema no sin antes, leerle la cartilla y decirle las verdades del barquero sabiendo que es lo que más le duele escuchar.Hay una expresión televisiva de GH que dice algo así como: «Pa’chulo chulo,…» Pues eso mismo.
Y por otro lado os presento un caso que al coleta le irrita en demasía y contra lo que lucha a diario, con capa y vara. Seguro que esta expresión la entienden algunos…
El tema es que no se puede ser un tío limpio, centrado, inteligente y listo -que no es lo mismo- y estar preparado y llevar pelo largo y barba. Los personajillos que hay sueltos por estos mundos no saben distinguir entre un perroflauta y una persona, ya que si no llevas raya al lado y la banderita del pasado no eres digno. Todo esto viene a cuento ya que en el Puente de La Barqueta le sucedió un detalle muy curioso al Coleta. Estaba circulando camino de su trabajo -porque los que tenemos pelo largo y barba también trabajamos, si nos dejan- y me detengo en el semáforo porque se pone en rojo. A esto que aparecen dos policías locales motorizados por la acera y cruzan el semáforo, cual peatones, y se ponen delante de los coches ya parados. Ni que decir tiene que se cruzaron por el carril bici, hicieron parar a dos ciclistas, de los que van por donde tienen que ir, y se detienen. Pero claro, se detienen y se ponen a controlar como si les importara algo más que cobrar a final de mes. Eestas que me ven: barbas, pelo largo desaliñado y coche «comío de mierda», ¡¡¡objetivo a la vista!!!
Ambos dos elementos se me quedan mirando con ojos amenazantes como si yo, cumpliendo con mi civismo, estuviera haciendo algo malo. ¿Cuál es mi repuesta? Muy clara. Los miro, me atuso la barba, me «peino» un poco y aprovechando que sonaba Juan Carlos Aragón y su Catastrophic Magic Band, le doy voz -pero voz de verdad…- y arranco porque el semáforo ya estaba en verde.
Seguramente les jodería que estuviera escuchando a Juan Carlos ya que los antijuancarlistas son esos personajillos acomplejados que esconden sus miserias criticando la arrogancia y la chulería del Capitán Veneno cuando lo que les gustaría es ser así.
Termino esta oda a la chulería, que promete otras ediciones, diciendo lo mismo que dije en uno de mis tuits de desahogo: «Para ser chulo, hay que serlo…»
Disfruten de su chulería, los que puedan, y vayan con Dios.
el filosofo says
11 febrero, 2013 at 18:10La de veces que me ha pasado a mí lo de la policía… anda que no aceleraba yo con la bicicleta y me subía la música de los cascos pronto!! Ah! y eso que yo soy más de Martínez Ares… jajjajja!!