Esperpéntico lo que me ocurrió el sábado pasado al llegar a la calle Castilla.
Alguno al leer esto me dirá que estoy equivocado porque no le interesa reconocer que siguen existiendo, y en la misma cantidad.
Si miran mi perfil twitter verán que últimamente subo algún que otro tuit con fotos de gorrillas en la calle aparcando. Todo se debe a que un día me dijeron que estaba equivocado y que no había ninguno esa la zona desde hace mucho tiempo… Curioso.
Pues sí, pero no es esto lo que os vengo a contar, es mucho más curioso. Eran las 13:00 de la tarde más o menos cuando llego con el Clio de mi hermana a Triana y al no haber aparcamientos cercanos, sigo un poco más adelante hacia los que hay enfrente de la Torre Mapfre en el albero. Hasta aquí todo en orden.
Cuando llego, me guía un gorrilla de raza negra y muy «cariñosamente» me orienta la «compleja» maniobra. Dado el día y que el chaval se lo curró, opté por hacer lo que jamás hago y saqué una propinilla de mi bolsillo.
Cuál fue mi sorpresa que el colega, cuando vio en su mano los 20 céntimos que le di, me mira y me dice:»¡Jefeee!» señalándome su mano como indicativo de que le parecía poco lo que le había dado por no hacer nada, en medio de la calle, durante unos diez segundos. Y a este gesto le respondo diciéndole que era todo lo que llevaba suelto. Y aquí es donde viene lo bueno… el muy sinvergüenza, porque no tiene otro nombre, en un ataque de chulería, me devuelve la moneda que le había dado. No solo es un chulo desagradecido, sino que me demostró que tiene más dinero que yo, porque si me encuentro una moneda de 20 centimos en el suelo, este que os escribe, se agacha a cogerla seguro.
Imagino que muchos de ustedes habrán pasado por lo mismo que yo en alguna ocasión, y eero que lo reflejéis en forma de comentario para demostrar que los gorrillas existen y quizás no se esté trabajando tanto en este aspecto.
Antonio Borrego says
2 abril, 2013 at 11:29Todita la razon!!! encima de hacer una actividad ilicita, la estos los gorrillas, ya que ves que bueno, te prestan digamos mal llamadamente… un servicio y le das algo en agradecimiento como bien dices por «nada», resulta de que tienen una tarifa no establecida e intentan darnos leciones de moralidad en el precio de un servicio, mal llamadamente, ya que servicio ninguno, y lo peor de todo es que cada vez esta situacion esta mas extendida,
Lo peor de todo de que estas actuaciones por parte de estos individuos y similares, con sindrome de sor citroen en la peticion de limosna, nos hacen ver, a mi por lo menos, que se gana mas dinero pidiendo limosna que con un trabajo renumerado y que alquel que pide limosna tiene mucho mas orgullo que este que viste y calza.
pero bueno esto es todo cuestion de opiniones, y siempre habra quien piense, «pobrecito el gorrilla… al menos se gana la vida sin hacer daño a nadie», cuando uno de los mayores males de nuestro mundo es precisamente lo que muchos gorrillas y similares tienen «orgullo».
Ladrillo says
3 abril, 2013 at 17:39Conozco de uno que le dio al gorrilla los 20 centimos que le corresponden y se los encontró pegaos con fiso a la luna con una notita de su parte. Cosas… como diría otro.
Seriol says
3 abril, 2013 at 18:35Toda la razón, lo dice uno que vive en una barrio minado de gorillas, y los ve entrar cada poco tiempo a cambiar monedas por billetes de 10 y 20.
el filosofo says
6 abril, 2013 at 23:20en mi barrio hay un gorrilla que a parte de llamar a todos Antonios y a todas Marías, nunca pide y siempre entiende que si no se le da ya habrá otro día que sí se le pueda dar algo.
Un hombre agradecido…
Alonso says
23 junio, 2013 at 12:48Yo veo una de un centimo y bajo a cogerlo no digo mas
el filosofo says
23 junio, 2013 at 13:13como debe ser…