Como es costumbre en mí, voy a volver a aliarme con el más débil y haré una defensa a ultranza de alguien que para muchos es un … (Evitaré insultos e incluso palabras malsonantes para referirme a mi defendido)
Sin duda alguna, es un personaje que muchos, por no decir todos, salvo los aplaudidores de turno, odiáis en lo más profundo de vuestro corazón, y en cierto modo, yo, su abogado defensor, tampoco es que sea de mi agrado, pero en el fondo es gran tipo.
Los que no tenéis el gusto de conocerlo en persona, os diré que es un tanto excéntrico, muy particular e incluso chirriante en mil y una ocasiones. Su espíritu lo lleva a llamar la atención, a levantar la voz y a dejarse notar.
Ese afán suyo por llevar siempre la razón lo hace insoportable y te saca de quicio cada vez que coincides con él.
Como veis, todo lo que digo parecen no ser palabras muy aptas para su defensa, pero señores todos, miembros del jurado popular de la vida, os voy a hacer la pregunta clave: ¿quién de los presentes que ha tenido la dicha de tener un encuentro con mi defendido no ha sido favorecido por su presencia? El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra…
Querido juez de la vida, y querido tribunal popular, mis últimas palabras para defender a mi protegido van encauzadas al penúltimo encuentro que he tenido con él. Me encontraba relajado, reposando unas ricas lentejas con chorizo y cuando me doy cuenta, Morfeo me abandona de forma misteriosa; despierto y habían pasado diez minutos de la hora que tenía establecida para despertar de mi letargo. Justo en ese momento miré a mi defendido, mi amado y odiado despertador, y vi que por un fallo mío no había podido cumplir con su misión, quedando totalmente libre de culpa.
Cuántas y cuántas veces hemos insultado y maltratado nuestro despertador cuando alza su voz para llamarnos la atención y qué cansino se vuelve cuando, según nuestra propia programación, repite su cantar varios minutos después, para, como tu mejor amigo, no dejarte caer en el conflicto de llegar tarde al trabajo.
Hasta aquí mi defensa del puñetero despertador. Tan amado y odiado…
Antonio Borrego says
13 mayo, 2013 at 17:58Excelente post!!!, pero en mi opinion ese «Diablillo» despertador, para mi es uno de los angeles de mi guarda!!!, angel de la guarda de mi tiempo!!!, siempre como bien dices procurando de que no llegue tarde no solo al trabajo, sino a toda cita importante de mi vida, en especial en la Semana Grande de mi vida, el es mi compañero que gracias a el y solo a el, puedo llegar a tiempo a cumplir todas y cada una de esas cientos de promesas… que de no ser por el… quedarian incumplidas.
MUCHAS GRACIAS AMADO DESPERTADOR!!! ANGEL DE LA GUARDA DE MI TIEMPO!!!
el filosofo says
13 mayo, 2013 at 21:04que de veces pensé en ponerle grandes temas musicales al despertador… terminé por cambiarlas para no llegar a odiar a mis mejores bandas sonoras!