Desahogo que escribí no hace mucho. Hoy, aunque mucho no ha cambiado la situación, al menos, no siento esa frustración tan terrible que me comía. Lean pues, aunque no sea muy risueño el texto: «Definitivamente este no va a ser el post más alegre que escriba, sin duda alguna, pero mi situación actual no me da para escribir otra cosa.
Mi espíritu está apagado por culpa de las circunstancias, las putas circunstancias. Muchos diréis que no es para tanto; evidentemente no lo son, si lo comparamos con tanta y tanta gente que está aún peor que yo, pero mi baremo soy yo, no los demás.
Es muy frustrante verte con más de la treintena, sin poder independizarte, con una mierda de trabajo que solo da disgustos y tirar para adelante, sin encontrar resguardo económico de cara a un futuro y todo esto se acrecenta cuando has perdido una década de tu vida luchando y sufriendo por una carta que acabo de recibir donde me dice que ya puedo ir a recoger un título, que ya costó su dinero, incluso el solicitarlo, y que para nada me va a servir a este ritmo.
Una titulación para reírte del mundo, trabajar mucho y ganarlo bien; pues señores, una mierda para mí y otra para el que lo piense. Con todos mis respetos, hoy en día ser ingeniero es una putada.
Cada día que pasa me arrepiento más y más de haber entrado en ese puto edificio y no haber hecho un módulo de lo que sea y estar ahora ganando 1000 euros. Evidentemente las perspectivas de cuando empecé eran tan maravillosas que nada hacía indicar el desastre social que estamos viviendo.
También tengo un huequito en este post para aquellos imbéciles que decidieron prescindir de mis servicios porque, muy posiblemente, les estaba pisando el terreno. Una, mi jefa, era inepta a más no poder. Ni idea de lo que era una fábrica y del trabajo que yo desempeñaba. Eso sí, para joder siempre estaba…la otra, de la pobrecita sólo os diré que decidió abandonar parte de su trabajo para dármelo todo a mí. Claro, yo lidiaba con 56 personas y tú, mientras, delante de tu ordenador te ponías a investigar bichitos…
En fin señores, este post tan negativo, seguro que no le interesa a nadie, segurísimo, pero a mí me sirve para desahogarme, contar como estoy y si alguien tiene una oferta de trabajo en Sevilla que no dude en ponerse en contacto a yravés de estas páginas. Será bienvenida seguro.
No sufran por mí. En breve habrá pasado mi berrinche. No queda otra; la vida sigue…»
Tranquilo Guerrero… Se lo que sientes pero de una manera que no te puedes imaginar, desahuciado de la egb, porque desde parvulario iba uno o dos cursos adelantado al resto de mis compañeros, se me llego ha hacer un test de inteligencia que se repitio por no darse credito y desemboco a que llamaran a mis padres para decirles que estaba apto para sacarme cualquier carrera en poco mas de un año y trabajar en cualquier parte del mundo paro mi guerra contra el sistema educativo dada la ineficacia hacia mi persona era mejor mandarla a la mierda, dando tumbos hasta la edad laboral, desarrolle una adiccion a los cursos a distancia, la lectura, la escristura y el teatro que llevarla a cabo me llevo a la bancarrota, aposte por el amor y de nuevo k.o. en el dollar, y me encuentro de que con casi cuarenta don 9 idiomas, gestion de restaurantes, ciencias ocultas y otros tantos que no pude diplomar por mi enfermedad… solo me queda mis cristos y mi virgenes, los cuales aparecieron cuando la nave estaba hundida convirtiendose en lo unico que merece la pena en mi vida y para los unicos en que no les negare nada de mi intelecto y mi genialidad…
pero guerrero NUNCA NUNCA NUNCA, te arrepientas de tu eleccion, es la MEJOR ELECCION y UNICA POSIBLE en cada momento, sientete orgulloso de tus aciertos y tus desaciertos, de tus victorias y tus fracasos, SON TUYAS Y DE NADIE MAS, Y LOS QUE TANTO HABLAN CRITICAN Y SEÑALAN… SOLO MUESTRAN UNA ENVIDIA A LO QUE TU TIENES, A LO QUE HAS CONSEGUIDO, A LO QUE HAS FRACASADO, Y SI SON COMO SON CONTIGO ES PORQUE NO PUEDEN REPRODUCIRLO PARA SI Y AUNQUE TU LES DIESES LA VIDA (FISICAMENTE) NO PODRIAS DARLE LO QUE TIENES, LO QUE ERES… TU ERES EL GUERRERO