Pensando en qué escribir en un momento en el que poco tenía en mi mente, me topé contigo. Apareciste como quien no quiere la cosa y cuando me quise dar cuenta te tenía enfrente; esos aires de grandeza que te das; esa pose tan absurda…
Si algo hay en esta vida que detesto son los imitadores, esos personajillos que van por la vida queriendo usurpar personalidades, gestos, movimientos y comportamientos según un modelo, su modelo a seguir.
Hay que diferenciar entre discípulos e imitadores; unos tratan de aprender las lecciones de un ser superior y tratar de igualar con sus propias artes al maestro siempre fue un reto. Reto atractivo… Luego tenemos los imitadores; individuos que nada tienen dentro y se limitan a mal copiar lo que ven, hasta tal punto de hacer el más absoluto de los ridículos ya que no están capacitados para ser originales.
Hoy me encontré frente a frente contigo y no supe reaccionar. Atónito me quedé al ver tan burda copia muerta y carente de valor. Llenar, llenas el espacio, pero comparar tu modelo natural contigo me parece algo fuera de toda lógica.
Si miran la foto verán que, aunque la copia parece real, el mismo sol que por detrás aparece ensombrece esas flores de plástico que por un solo instante quisieron parecerme reales.
Aplíquense el cuento y sean auténtico, y como dice el anuncio: «Rechacen imitaciones».
el filosofo says
25 febrero, 2014 at 12:58La originalidad está muy cotizada amigo…
juanma_gv says
25 febrero, 2014 at 14:40Por eso nosotros seguimos como empezamos…sin copiar!!! Originales…y que cada palo aguante su vela