Abro una ventana de mi mente, miro al pasado y allí me veo, sentado en mi vieja mesa de madera repleta de libros y cuadernos. Entre tantos papeles, mi pequeña libreta, siempre rebosando de folios sueltos. Hojas llenas de lo que era, de lo que pensaba y sentía, de mi vida.
Y allí sigo peleándome con aquellos malditos deberes que no me dejaban pensar en lo que quería, en lo que realmente me apetecía. Entre tanta materia, un intento de poesía, un tachón y una vuelta a empezar. Al final siempre había algo que representaba lo que quería, no sé si bonito, pero real y mío.
Resulta que un día sentado frente a mi ventana miraba el Sol. Él, imponente brillaba y sus rayos atravesaban el fino cristal. La luz era clara y esquivaba las rejas desconchadas de mi ventana. Desde allí podía ver también la luz eléctrica, en una lámpara, en un patio en el que la luz del Sol no llegaba. La luz me parecía extraña y no entendía nada.
La luz del Sol me llegaba por la ventana y la eléctrica por unos escondidos cables metálicos, aunque tuviera una central que actuara cual astro artificial tras mi ventana.
De repente se oyó un ruido, se había fundido la bombilla de la lámpara, que era de hojalata, metálica como los cables que llevaban luz a aquel rincón al que no llegaban los rayos del Sol.
El Sol no tenía cables, o por lo menos no eran metálicos. En cambio, parecía una gran bombilla, sin lámpara ni hojalata, que daba luz a través del cristal de mi ventana.
Su brillo se reflejaba y producía más luz; la hojalata se oxidaba y perdía la suya. Se oscurecía, como aquel rincón de la lámpara que se veía desde mi ventana.
Hoy, sigue habiendo hojas en mi libreta, llenas también de mi vida, de lo que siento y pienso, de lo que ahora soy.
ÁS_FdN
Celia says
12 febrero, 2014 at 10:54Articulo lleno de nostalgia, en el que nos parece el tiempo pasado, siempre mejor. No es asi, aquel tiempo tenia sus inconvenientes, momentos de contradiciones, pero siempre parece que fue mejor. Eso era creo yo ,porque al estar con los seres queridos al lado, aunque ello implicara inconvenientes, era todo mas protegido, mas calido, pero tenia sus ofuscaciones.Una «persona ya mayor» cuando lee estos articulos tan emotivos, siempre dice » me recuerda a mi adolescencia, lo vivido y pasado por mi, cuando salia de ese Pueblo. Pero tambien dice, me alegro de ello, me hice, realice y forme, tanto profesionalmente como personalmente. Asi que aunque tengamos nostalgia y añoranza de todo lo vivido, hay que pensar que el presente es mejor, luchando, pero como somos jovenes tenemos fuerzas y nada nos debe de agachar.( al montar a caballo la maxima para ir bien, es » IR DERECHO Y MIRANDO HACIA ADELANTE», nunca agacharse ante nada. Un beso