¿Y qué escribo yo de todo lo de anoche que no se haya dicho ya? Lo que surja…
Pues sí amigos sevillistas, lo de anoche, una vez más, no hay palabras para describirlo. Lágrimas, muchas…taquicardias, caídas, corazones que se salían por la boca y mucho sufrimiento durante los 122 minutos.
Orgullo, lo primero que siento es un orgullo inmenso de ver como nuestros gladiadores terminaron tirados por los suelos imposibilitados para seguir en la lucha de los últimos instantes, esos últimos momentos en los que nadie quería la pelota y en los que pocos, muy pocos estaban con los dos pies en el césped.
Ciento veintidós minutos de estrés, de agobios, de buen fútbol, no preciosista, no, era una final europea…pero con una mentalidad rocosa que, salvo en pequeños instantes en los que el todopoderoso Benfica arreaba por algún despiste de los nuestros.
Se acaba el infierno del partido y todo depende de la suerte, o eso dicen…
Cuando tienes grandes lanzadores de penaltis y un portero como la copa de un pino, quizás la suerte sea menos necesaria.
Muchos hablan de Bela Guttmann, pero ayer, el gran Benfica, el histórico y victorioso Benfica no pudo con un Sevilla bendito. Tal vez Don Bosco abrió sus manos y nos acogió, como se hace en las casas que él fue fundando…
Cada penalti se convirtió en algo mágico; un paradón por aquí, un golazo por allá, un gestito chulesco (porque puede) de M’Bia por acá…y vengan paradas y paradas de Beto. Yo conté aproximadamente unos 10.563 penaltis parados. Llámenme exagerado…pero exagerado es ver una grada muriendo con sus colores después de hacer 2000 km por carretera. 24 horas en un autobús para animar al equipo de tu alma. Eso sí que es una exageración digna de los más laureados y victoriosos gladiadores.
Y sí, no sé ni qué hora era, seguramente se desintegró el reloj. Rakitic, Ivan, el croata, nuestro Capitán, nuestro líder, el director de esta joven orchestra levantaba nuestra Copa a por la que fuimos a Turín, la que nunca debió salir de Sevilla.
Sonaba el “Cuentan las lenguas antiguas…” y si algún sevillista en el mundo quedaba por derramar lágrimas de gloria, ahí se desbordan todos los sentimientos y te acuerdas de todo, de los que están de los que no. físicamente, de los que fueron a Turín a traérsela…
Hoy toca disfrutar y mucho con el equipo. Rendir homenaje a los campeones y disfrutar y seguir disfrutando.
Desde anoche me siguen llegando aromas de un Don Julian desde el tercer anillo….
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