Sensaciones en forma de poema sobre una visita inesperada aunque siempre deseada, un momento en el que todo cambia, como casi cualquier otro día en nuestras vidas.
Transcurre tu rutina con normalidad, tu día avanza hacia su ocaso.
Desayuno, almuerzo y cena; naces, te reproduces y mueres.
Árboles a un lado y edificios al otro, láminas de metal
separan sus naturalezas. Salvaje una, libre su opuesta.
Llega un aviso, respondes a la llamada,
y todo se esfuma, se disfraza enmascarado.
Tiempo de reacción, el adecuado,
el tiempo de disfrute es limitado.
Han sido días tras segundos de sobresalto,
ha sido una sorpresa esperada, aunque no sabía cuándo.
ÁS_FdN
Melva says
4 junio, 2014 at 13:02Cómo esos momentos que no esperas!!! Saludos