Increíble -lo que os voy a contar- pero cierto.
Montarte en el coche, arrancar el motor y echar a andar. Primer semáforo antes de salir de mi calle y primer encabronamiento. Perdonen mi lenguaje pero el chiste es muy curioso: delante mía, circulaba una chavala de unos treinta y pocos años pedaleando en su preciosa bicicleta, mientras en el ambiente se escuchaba la banda sonora de Verano Azul.
Como su velocidad no era la adecuada la adelanto con sumo cuidado para evitar cualquier posibilidad de conflicto. Llego al semáforo que se encontraba en rojo, y me detengo. A los dos segundos y cual insecto sigiloso, la ciclista en cuestión, sin casco, por supuesto, continúa si caminar lentamente, pasando tres kilos de la señal de tráfico. Hasta aquí todo normal… (véase la normalidad del que ve a diario como los ciclistas se pasan las Leyes por el forro…)
Lo curioso, primero que había dos policías locales en la esquina «trabajando» -no tengo muy clara su misión, pero allí estaban- y segundo que la llamaron al orden; la chavala continuaba y la volvió a llamar uno de los dos polis, de los cuales, uno se acercó y le riñó. Sí, como lo oyen!!!!
Le faltó decirle que mañana a la misma hora se pasara por la comisaría y les llevara 100 veces escrito, NO VOLVERÉ A SALTARME UN SEMÁFORO EN ROJO.
Eso sí, cualquier conductor deja su vehículo en doble fila un segundo o comete la misma infracción que la ciclista y los 90 euritos no te los quita nadie.
Muy triste lo vivido… O todos moros o todos critianos!!!!
el filosofo says
30 octubre, 2014 at 18:23el casco no es obligatorio en ninguna ciudad europea, de Europa Europa, no los que dicen ser Europa.
Y sobre lo de saltarse el semáforo, también hay coches que se los saltan, así que no generalicemos…