Visitaba el Ramón Sánchez-Pizjuán el Villareal de un viejo conocido, Marcelino, un equipo que peleará este año por puestos europeos seguramente. Enfrente estaban los nuestros, con un once algo diferente con respecto a lo que llevamos de competición. Emery cambiaba el dibujo por un 4-4-2, con Gameiro y Bacca arriba. Deulofeu le quitaba el sitio a Aleix Vidal.
Estadio casi lleno, unos 36000 sevillistas dándolo todo, como siempre, en las gradas de Nervión, pero con un equipo poco enchufado y espeso en su fútbol.
Los dos delanteros no generaban ocasiones, a veces hasta ocupaban los mismos espacios, y sobre todo Bacca estuvo por debajo de su nivel habitual. Se perdían balones fáciles y pases sencillos acababan en poder del rival.
Aun así tuvimos varias ocasiones, la primera un remate de Deulofeu a la cruceta de saque de esquina directo, una pena que no entrara ese gol olímpico. Luego tras una jugada de Denis, el defensa golpeaba el balón hacia la portería, salió rozando el poste a córner. La última jugada de gol sevillista fue un remate de Coke de zurda que atajó el portero.
Por su parte el Villareal dispuso de las suyas, sobre todo una doble tras saque de falta. El primer remate los despejaba Beto de puños y el rechace hacía un paradón con los pies a tiro raso del delantero. Bien el portugués.
No hubo mucho más en el partido, algo aburrido, y con empate a cero se llegó al descanso. En la reanudación, más de los mismo. Sin cambios, algo normal en Emery, el Sevilla no encontraba su sitio y el rival se encontraba mejor que nosotros.
Pudieron adelantarse en un mano a mano que mandaron fuera con todo a favor, pero fue tras una gran jugada cuando de vaselina hicieron el 0-1 en el minuto 78.
Antes del gol del Villareal, Emery dio entrada Aspas y a Aleix Vidal, por Gameiro y Deulofeu, y minutos más tarde del 0-1, entró Banega por un desaparecido Mbia.
Y cuando todo se había puesto peor, pues se cumplió aquello del “nunca se rinden” y tras un centro de Coke en banda derecha y un rebote, Denis Suárez hacía su primer gol como sevillista con la zurda. Era el 1-1 y la grada se volcaba en la remontada.
Y el definitivo 2-1 llegó en el descuento y de penalti. Penalti claro sobre Tremoulinas, que se anticipó y fue derribado dentro del área. Bacca engañaba al portero y dejaba los tres puntos en Nervión.
Marcelino que celebró en exceso el gol visitante e hizo gestos desafortunados a la grada, se llevó de regalito unos versos del respetable, para que sepa que esto es Sevilla…por si no lo recuerda.
Tres puntos más en casa, fortín en Nervión y líderes con los mismos puntos que el Barcelona, si quieren la independencia para ellos y que acabe ya la Liga, Cosas.
Como dijo Honore de Balzac, “¿de cuántas infamias se compone un éxito? Y hoy no se jugó bien, pero aun así se ganó y eso siempre arregla todo.
Sean felices y disfruten del show!!
ÁS_FdN
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