De la forja caliente
vengo, con manos rugosas
tratado de forma mimosa.
¿Mi ilusión? Acabar en un puente.
¡Qué desilusión la mía!,
verme rodeando maleza
habiendo nacido para dar alegría.
Lejos del río, ¡qué bajeza!
El colmo de mis males,
vivir a la tierra anclado
y enganchado a otros metales,
mientras observo callado.
Ángel Salgado
¡Vamos a la faena! Exclamó el funcionario a primeras horas de la mañana.
¡Vaya con la tarea que me manda el Ayuntamiento! Con la de cosas que hay por hacer y me toca eliminar todos los candados que me vaya encontrando. Me siento el AntiCupido de Sevilla…
Juanma García
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