Frente al televisor se marchitan,
viviendo la vida de otro.
Opiáceo placer, ¡qué alboroto!,
los chillidos en su casa habitan.
Del sofá a la cocina,
con cuenta atrás, dictada la pausa.
No te pille en el retrete, tu causa,
y no puedas «rajar» con la vecina.
De la edad y los estudios
de los tuyos, te olvidas.
Tres generaciones de famosos conocidas,
hasta sus ocasos, desde sus preludios.
Levántate y anda, sal a la esquina,
sé libre, huye de una vida mezquina.
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