No os podéis imaginar cuántas cosas echo de menos, no pasa ni un solo segundo que no esté pensando en tantas situaciones que se han alejado de mí, y yo de ellas.
Deseando volver a ser, deseando volver a estar. Volver a sentir esos momentos juntos y hasta solo.
Desde hace ya mucho tiempo que nada es como era, nada ocurre como antes, nada se vive de la misma manera. TIC. Ni siquiera el tiempo surca igual el segundero de mi reloj vital. TAC.
En cambio, todo es diferente. Diferente a como era antes, no a como es ahora. Si no, sería todo igual. Misma rutina, mismas horas, mismos instantes.
Inmerso dentro de este pantano, habiendo cortado las cuerdas de los flotadores de mi alrededor, quedándome casi solo, a nado. Respiro. Y no deja de entrar agua. Agua limpia, agua de lluvia y aguas residuales que siguen llenando y llenando sin parar. Respiro.
Y necesito cuerdas, necesito flotadores que me mantengan arriba en la superficie. Que se anuden bien fuerte a mi persona y que se suavice la entrada de agua.
Que salga el sol y seque este humedal. Que ya se va la primavera y no la he vuelto a disfrutar, que llega el verano sin más horizonte que el asfalto derretido de la ciudad.
Y que tú, que te he dejado a un lado, no me olvides y no me lo tengas en cuenta. Y que al final de la vida hayamos recuperado todo y nos salgan las cuentas.
Volviendo al principio, seguro que algunos os lo podéis imaginar, queda menos… ¡Aguante!
Deja una respuesta