Despertamos, sin haberlo pedido, nunca nadie nos preguntó.
Desde entonces vamos asimilando conceptos. Unos por pura naturaleza, otros por observación y la mayoría por imposición. A base de triunfos, mediante recompensas y cometiendo muchos errores. Todo formando un todo global que te forma para todo, o para casi todo.
Llevamos toda nuestra vida preparándonos para afrontar el mundo. Para trabajar, para relacionarnos, para “comportarnos” … para la vida misma. Pero nunca nos han preparado para el resto.
Y eso, que no hay que ser de ciencias, para tener claro que 1-1=0. Quizás como siempre nos lo enseñaron con euros, manzanas o distraído entre ecuaciones más complejas, no seamos realmente conscientes de ello.
Ningún maestro nos lo explicó nunca de la manera más real y dura que hay. El mejor de los ejemplos, el más claro. Cuando 1 deja de ser un número y el que resta es uno mismo o tu compañero que también es uno.
Aquí no hay enseñanza previa, ésta es la única enseñanza que hay y cuando llega no se quiere asimilar, no se puede. Por lo que la enseñanza tal y como viene se va, y aunque con el tiempo vuelve la maldita clase magistral, todo sigue. Hasta que deja de seguir.
Nos iremos, sin haberlo pedido, nunca nadie nos preguntará.
Deja una respuesta