Os podría dar los buenos días porque casi podréis leer estas palabras en directo.
Bien podría encajar este texto entre esas reflexiones de Ángel, pero no; hoy tocan las mías…
Reconozco, que por mi forma de ser, me gusta resolverlo todo a mí personalmente, a mi gusto, a mi modo, a mi tiempo pero en la vida siempre hay infinidad de momentos en los que tienes que confiar en el que tienes al lado para que la tarea llegue a buen puerto.
Reconozco que he desconfiado de ti. Así, sin más… suena fuerte, lo es, pero desde ayer esto me ha traído más quebraderos de cabeza de los necesarios.
“No es por ti, es por mí”, bien podría encajar en una disculpa hacia ti. Lo siento. Siento haber dudado.
Reconozco que no tengo arreglo, no puedo evitarlo y creo que no quiero.
Hoy tenía que madrugar un poco más de lo habitual y desde ayer estoy con la sensación de que algo iba a salir mal, tanto como que no he descansado como de costumbre; ojos abiertos cada x, intranquilidad en mi cabeza lo cual se traduce en amanecer a mi hora pero con un fuerte dolor de cabeza y todo, todo… por no confiar en el despertador. Y tanto desconfío que no me ha hecho falta porque he preferido descansar mal que confiar en ti.
Y aquí me tienen, despierto antes de lo normal y de lo necesario; pero no puedo evitarlo…
Tengan un feliz día.
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