Es una pregunta que me hago desde que comenzara esta pesadilla el 14 de marzo de 2020. Una vez finalizado es estado de alarma, la inquietud de quienes nos encontrábamos en situación de suspensión temporal del empleo a causa de la alerta sanitaria por COVID-19 no deja de ser nuestro pan nuestro de cada día. Buscando información, intentando contactar con las empresas, intentando hablar con el SEPE… Y puertas cerradas por todas partes para obtener algún tipo de información.

A día de hoy, cuando se ha anunciado que habrá Rocío, Semana Santa, Feria y que ya han salido «pasos» a la calle, seguimos estando a oscuras, con una negociación que amplía la situación de ERTE más allá de finales de este año.
Después de un año y medio, cuando se va recuperando la normalidad, los afectados por esta situación laboral seguimos en el mismo punto del principio.
Esto no sólo afecta psicológicamente con una merma y una desidia horrible, con una sensación de indefensión sin poder hacer nada para volver a ser lo que fuimos. Sin saber si continuaremos con nuestro empleo o las empresas decidirán deshacerse de nosotros, con el miedo a que las empresas no hagan los deberes de volver a activar los ERTEs, porque no se hará de forma automática, y entonces continúes un mes más o dos o tres, sin cobrar y sin poder pagar las facturas a las que les da igual tu situación porque siguen llegando a discreción cuando llega primeros de mes.
Un auténtico caos para los que nos encontramos inmersos en este desastre. ¿Por qué no podemos incorporarnos a nuestro puesto de trabajo di todo recupera la normalidad? No lo entiendo, lo siento pero no.
Deja una respuesta