Sucede que me canso de ser hombre,
que por la vereda de la puerta de atrás,
yo, solo quiero hacerte bailar
y vivir a la deriva… y pensar que no puedo perder.
Ojalá que empezará de cero,
siguiendo una estrellita pequeñita pero firme.
Nosotras no las vemos, las hormigas comentan
que las gallinitas quieren matrimonio.
Hizo el mundo en siete días,
piedra con piedra, pluma a pluma,
Qué malvado, cien veces no haya sido,
no fue por estos campos el bíblico jardín.
Pasa a mi lado su olor y contengo la respiración,
y es que la realidad que necesito, se ha ido detrás de ese culito.
Y estoy muy bien, estoy aquí muy bien,
que la hierba hace que vuelva a brotar.
Y antes de hacer la maleta y pasar la vida entre andenes,
mira que bar tan bonito, podemos emborracharnos.
Toma zumo de bellota.
Agarrado un momento a la cola del viento me siento mejor.
Y ¿qué le importa a nadie como está mi alma?
Para mí que ya está ciego.
¿Dónde vas cabrón? ¿dónde te has metido?
Tú en tu casa, nosotros en la hoguera
Llaman a la puerta otra vez, ya va ¿Quién es?
So payaso, me tiemblan los pies.
Se ha desbocado la primavera, la noche entera.
Pero hoy al mundo renuncio. Juro que hoy al mundo renuncio.
Me encuentro con mi hada que está loca también,
echándose carreras a ver quién es más puta.
Ojalá que se llame Amapola, que me coja la mano y me diga:
«ama, ama y ensancha el alma».
Un pequeño homenaje a la banda sonora de mi vida.
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