Con las legañas puestas y las lentillas quitadas, así me pilla de nuevo este cambio de hora otoñal.
Un año más, este de 2021, en el que volvemos a adelantar nuestros relojes. Algunos hasta dicen que ganan en sueño. Pues ¡que habilidad!. Y eso que yo no salgo en Halloween. Que no trasnocho vamos.
Tras elevar la consulta de la Comisión Europea de anular este cambio de hora al Europarlamento en 2018, seguimos igual: callados y pagando. Y eso que el 80% de los países votaron si, ¡ojo!.
Que si la pandemia, que si el Brexit. ¡Ojana!. Excusas para demorarlo.
Nueva oportunidad el 27 de marzo de 2022. ¿Nos darán de nuevo ojana?.
De momento para este cambio de huso horario, todos han mirado hacia el lado y ni un país europeo ha tenido la valentía de situarse en un huso horario concreto.
¿Cuál es el origen?
El primer cambio de hora fue aplicado en 1916 durante la Primera Guerra Mundial, por el imperio alemán con la excusa de ahorrar combustible. Si, leen bien. Ahorrar combustible.
A ellos le siguieron Reino Unido y Estados Unidos. España no unificó su hora hasta 1901.
El cambio horario iba aplicándose y desaplicándose a conveniencia, pero con la crisis del petróleo volvieron las dudas y se dejó definitivamente desde 1974.
Como leyeron antes, el primera tenía detrás una excusa: ahorra de combustible.
¿Qué hay detrás de todo esto?
Como leyeron antes, el primer cambio de uso horario tenia detrás una excusa: ahorra de combustible.
Según los estudios con el cambio de hora a verano hay unos 300 millones de euros en ahorro. Las facturas bajan un 5% y que bien nos vendría ahora a los españoles esto con las subidas históricas continuas de la luz que estamos sufriendo, pero claro, a ellos, a las energéticas no tanto.
Ahora si anochece antes, nos encerramos antes en casa y encendemos todas nuestras luces haciendo uso de todo tipo de electrodomésticos. Toca invertir en bajo consumo. Más gastos y más ojana.
Además, en nuestro país, algunos dicen que solo en el sur, pero saben que mienten, nos encanta el descanso.Y está demostrado que los cambios de horarios inciden notablemente en trastornos que sufrimos durante el mismo. Aumento del ritmo cardiaco, ansiedad… nos deprimimos mucho más. Y está la sanidad para esto …
Por otro lado, un no cambio de huso horario cambiaría nuestro comportamiento laboral y se favorecería la conciliación entre vida personal, familiar y laboral.
Así que hay ingredientes para que los que mandan no hagan caso a las peticiones de l mayoría sobre no cambiar la hora.
Si no lo saben, es el Real Observatorio de la Armada de San Fernando el que realiza la custodia de la hora oficial y el Gobierno quien determina cómo interpretar esos relojes.
Resumiendo, que es el Gobierno el que nos da la hora. Ellos convocaron una comisión de expertos en 2018 (ya sabemos lo dados que son a este tipo de comisiones). Finalmente acordaron no acordar nada. Ningún cambio en los husos horarios mientras no exista un consenso compartido.
Así que, calladitos y llenitos de ojana, estamos más guapos.
Topoyiyo says
2 noviembre, 2021 at 17:20Y cómo unificamos la hora en 1901, si hasta el 1916 no cambiaron la hora en Alemania? Pregunto.