Hace un año que se nos marchó Él, D10S, el genio de Villa Fiorito, el 10 de Boca.
Hace un año que se nos marchó el DIEGO, Diego Armando Maradona.
Y muchos son los que siguen sin comprender lo que fue “El Diego” para una generación y para un país, enpeñándose en mancillar su figura deportiva con lo extra deportivo, porque aquí, todo el mundo sabe lo santos que somos el resto de los seres humanos.
Estoy siguiendo la serie “Maradona: Sueño bendito” de la plataforma Prime Video y he de contar varias cosas.
La serie, que emite un capitulo cada semana, no es la mejor serie biográfica de la historia, pero si que define muy bien lo que es y ha sido Diego, para bien y para mal.
Voy a empezar por el final. Aquí es dónde yo he comprendido porque “EL PELUSA” es hasta hoy el mejor futbolista de la historia. Y hay varios motivos.
Desde el respeto de cierto sector de la prensa ante las adversidades de Maradona hasta el de los propios compañeros de clubes y selección, así como de sus entrenadores demuestra por que es el mejor,… porque era un líder nato.
No voy a hacer spoilers, pero en esta serie salen anécdotas que jamás la hubieran protagonizado jugadores de futbol que hoy están en esa pugna sobre si son los mejores o no. No llegan ni en cuanto a bondad, ni en cuánto a liderazgo ni a la suela de la bota que “El Diego” calzaba y mirad que era bajito “El Pelusa”.
Pero a lo que iba, las anécdotas malas también salen y te hacen comprender lo que le ocurrió a este brillante genio. Su personalidad fue volviéndose inestable con el paso del tiempo, el fervor, la fama y el entorno.
Los parásitos, sus amigos, los buenos y los malos. Las mujeres, las buenas y las malas. Los representantes y compañeros, los buenos y los malos. Todos son participes de su vida y culpables a la vez de su final. Pero el más culpable es ÉL, “El Diego”.
Porque era capaz de hacer y deshacer a su antojo, lo malo y lo bueno. Nunca logró deshacerse del sucio entorno que le rodeaba.
No fue la coherencia el hilo conductor de su vida al igual que su vida no fue ni por asomo la de cualquier mortal de este mundo.
Diego era bondadoso, amigo, desleal, infiel, cariñoso, déspota, farlopero, deportista, alegre, contrariado, líder, sudaca, extraterrestre, impulsivo, celoso, compañero, hijo, infantil, héroe…. todo, lo fue todo.
Hace un año que se nos fue el 10 y muchos no podremos jamás olvidar lo que hemos visto. Agarren su nombre por donde quieran y saquen los clichés que les parezca, que todos tenemos un muertito bajo la alfombra.
Diego el amado odiado y Maradona el odiado y amado.
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