Se me escapó la luz entre tus hojas
y no supe ver más allá,
tus sombras y tus verdes
sedientos de mi lealtad.
Si amarilleas en tu empeño
quizás sea solo culpa mía,
que con intensidad
te acoso noche y día.
Me gusta verte hermoso,
frondoso en tu majestuosidad,
Donaires de rey hermoso,
serena claridad.
Déjame, que necesito respirar.
Desde abajo no te percibo,
desde arriba me gustaría mirar.
Quítate, que el cielo no veo.
Me siento en el suelo y te escribo,
mientras mi mente aireo.
No es culpa tuya, amigo.
Hoy tu sombra es mi castigo.
Árbol eres, semilla del pasado, en leña te convertirás.
Sonrisa natural, sombra sin cordeles, aire puro al respirar.
Resiste esbelto y airoso, eres luz, eres oscuridad.
Milagro vivo de la naturaleza que muchos quieren callar.
Amigo, gracias por darme compañía, calor y frío cuando lo necesitaba; ruido en mis soledades y silencios nocturnos en mi paz.
Amigo, apoyo incondicional en mis ratos de lectura.
Gracias por estar siempre.
Ardiendo, convirtiéndose lentamente en humo y cenizas, gritando su pena, su dolor, recordó unas últimas palabras de los (in)humanos que entre chuletas de cabeza y botellines en oferta decían: “tíralo ahí mismo, que le den por culo al campo.”
-Tino, pishita, mucho Clandestino, mucha Tinología, mucha pasión, porque la comparsa es pasión, pero el tipo de Las Estaciones lo dejamos en casa, no?
-Tú échalo, Ángel y ya veremos… y llévate al Carli.
Matices áureos revisten tus hojas, matices…
Luz, sol, naturaleza… vida!!!
Señor Alcalde, Señor Alcalde, le va a votar…
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