Perdonen pues la osadía de regresar
Perdonen por volver a entablar la relación entre la pluma y la caligrafía.
Perdonen pues mi osadía.
Tópicos muy típicos caerán
Perdonen también por ello
Perdonen y sepan perdonar
A este Rey Santo un poco truhan,
A su osadía al versar, y tratar de enamorar
a la dueña de sus desvelos.
Perdonen por querer escribirle a Sevilla.
Perdonen por las innumerables caídas en lo habitual.
Perdonen por amar cómo la amo.
Perdonen por mi versar.
No tienen cabidas las excusas
Ni gigantes batallones enemigos
Perdonen pues mi tardanza
Mi abandono de las musas
Mientras el que manuscriben se atusa
La terna de pelo que le abraza.
Perdonen pues mi abandono
Sin motivo, burla o chanza
Perdonen que mi alma no se abra
Al compás de mi humilde Morada.
Lobera permanece envainada
Postrado me hallo en mi trono
No por ello siéntase solo
Pues ecuestre si reinaba,
Y reino con igual decoro.
Perdonen pues mi abandono
Perdonen pues mi tardanza
Tiempos en los que no me hallaba
Impactante, y me cuestiono.
Regresamos pidiendo perdón
Regresamos de este eterno acomodo
Regresamos aferrados a mi pendón
A mí Reino que diómelo todo.
Rey San Fernando
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