No ha sido casualidad el éxito que ha tenido la serie a nivel mundial en líneas generales ni tampoco lo ha sido la debilidad de algunos de sus capítulos de la última temporada, en concreto del volumen 2.
Y es que una cosa lleva a la otra. Tienes en tus manos una producción dirigida magistralmente y convertida en todo un fenómeno de talla mundial que todos quieren que continúe y claro, mantener el nivel en todos sus capítulos es difícil.
Pero bueno, ya está en el podio junto a Lost, GOT y otras tantas…
Con el gran elenco de actores y la “sacada” que hacen la mayoria durante la serie es imposible aburrirse. Es que yo con Álvaro Morte “El Profesor” y Najwa Nimri voy yo al fin del mundo o a Rusia andando si hace falta.
No obstante, algunos capítulos del volumen 2 de la quinta temporada pecan de “ñoñería” y escenas surrealistas en inverosímiles impropias de un argumento tan marcado.
Los actores conectan individualmente con el público y eso lleva a crear historias personalizadas para continuar con ese enganche. A mí eso, por ejemplo, pues no me va. Me parece fácil y predecible y La Casa de Papel no era eso, a menos al principio.
He de reconocer que no ha de ser sencillo conectar intensas secuencias con otras más pausadas y los ya conocidos flashback que se producen en la serie. Porque de repente estás ahí metido y medio atragantado con la pizza por la tensión del momento y pasas a un estado soñoliento sobre besos, caricias y palabras cursis. Pero esto es el entretenimiento amigos y si es de entretener, La Casa de Papel entretiene como la que más.
En lo técnico es simplemente perfecta con una depuración del aspecto visual impecable, con planos impresionantes y una gran banda sonora. Además, lo más complejo, tenerte enganchado con continuos giros y cambios.
Los que hayan visto una y otra vez “El ilusionista”, “El último gran Mago” u “Ocean’s Eleven” habrán disfrutado en esta faceta ilusionista del profesor.
Por otro lado, en este último volumen se señala la lealtad sobre todas las cosas, el grupo por encima de todo. Algo difícil de creer en situaciones como las que se viven en medio de un atraco y asediados. Pero, ¡es una serie de ficción!
Al igual que es difícil de creer en el pseudoromanticismo mientras te van a asesinar o meter en chirona.
Pero si hay algo chocante es lo incorrecto en política y la corrección política de la serie en la que se habla de matar a alguien utilizando el discurso del fascismo, racismo, machismo y homofobia. O que se subraye en la serie que la sociedad española es Trans, delincuente, arrabalera, gay, extranjera…
Creo que no era necesaria estas situaciones metidas con calzador para quedar bien.
Por último y con vestimentas muy distintas a Robin Hood pero de libertarios, me choca que roban antes de que el estado opresor les robe pero para quedárselo. ¿what?.Este es un gran sin sentido en la serie, intentando mandar el mensaje que mandan a la sociedad durante el transcurso de la misma donde incluso los rehenes no valen nada al lado de los ladrones (protagonistas).
El héroe contra villano está manido, para eso vemos Batman, pero tampoco es cuestión de mandar un mensaje a la juventud con antivalores que van contra la ética y moral.
“Ozark” o “Breaking Bad”, son claros ejemplos de cómo esta idea principal que tenia La Casa de Papel fue bien transmitida y llevada a cabo hasta el final con exito.
Por último, lo que decía. El exceso de épica, de romanticismo, de emociones y sentimientos metidísimos con calzador en este último tramo de la serie. Ya me dirán que piensan de militares que más bien parecen G-I Joe, ni se desangran…
Sin más, veo que ocurre lo que a muchos grandes éxitos: excepcional en el comienzo, bien en la mitad, normal al final exceptuando los dos-tres últimos capítulos dónde la acción no te deja ni pestañear.
Esta serie quedará como una de las mejores producciones del país para historia dónde la ficción superó a la coherencia, como es lógico y como debe ser.
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