Para él siempre hubo otros mundos,
de pequeño jugaba solo con su mente.
Y no dejaba de creer ni un segundo
que había más allá de lo corriente.
Soñando con juntar el sol y la luna,
dinosaurios con extraterrestres.
Su imaginación, !bendita fortuna!,
que nadie nunca se la secuestre.
Con el bigote ya canoso,
se aventuró a cumplir su sueño,
despejando los días nubosos,
de su mundo se hizo dueño.
Ya no sé ni cómo llegue allí, hastiado de deambular por las manos de niños y mayores. Me atrapó tu piel ruda y áspera y te hice mi hogar.No hay agua que te aparte, no hay miradas que avergüencen, solo una hoguera podría derrumbarme, pero me iría contigo de la mano, donde alguien más nos guarde.
De pequeño escuchabas a tus mayores decir aquella frase manida de que los árboles no te impidan ver el bosque y hoy, en edad de reproducirla, miras atrás y ves cómo tus recuerdos de la infancia son solo eso, pequeños recuerdos escondidos en la maleza del día a día.
Quisiste ser mayor, pensabas que los juegos de niños eran infantiles y tratabas de esconder todo aquello que te hacía feliz por el qué dirán.
Recupera tu peluche, recupera tu pequeño muñeco y sonríe. Da igual la edad que tengas, la felicidad no entiende de nada más.
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