Escalera invisible
por debajo del puente,
no tardes cariño
que no puedo olvidarte.
La vida me va en ello,
no seas cobarde
No te escondas ahí abajo,
caballero sin galante.
Escalera invisible,
paseo sin paseante,
no tardes cariño
que no puedo olvidarte
Abajo, con vida.
De una a otra orilla.
Tranquilidad fluida,
paraíso, mi buhardilla.
Arriba, más vida.
A una y otra orilla.
Ciudad distraída,
respira y brilla.
Nunca nadie te escribirá; tal vez pases desapercibido pero hoy, viernes de Microrrelatos, mis palabras de aliento van para ti y los tuyos. Ayyy, querido Pato, cuántas fotografías al Puente y a ti no caso…
Mirar a tu futuro sin tener en cuenta tu presente, sin vivirlo…
Pensar en los problemas que encontrarás en la otra orilla sin haber puesto un pie en el Puente que te llevará a ellos. ¿Has pensado si ese es el camino adecuado?
Perdonen mi atrevimiento pero nunca un puente será camino prioritario mientras haya un ligero charco fluvial por el que navegar con mi tripulación.
Velamen en paralelo al puente y que sople el viento con fuerza. Agachen pues las cabezas por si de altura andamos justitos.