He visto una fotografía de esas en blanco y negro que a menudo aparece por Internet o en cualquier libro de colección encuadernado en algún rincón de la casa. Una fotografía de las de época…
He visto la fotografía y me he quedado un largo rato mirándola, mudo y pensando en que si le cambiara el color y alguna que otra vestimenta del ciudadano de a pie, tampoco diferiría mucho esa Semana Santa de la de hoy….¿o tal vez sí?.
En la imagen, la muchedumbre aguarda la llegada del paso, seguramente a un paso, valga la redundancia, más ligero de lo que hoy estamos acostumbrados. La foto podría tener …¿más de 60 años?, no sé, ¿más de 70? , ¿tal vez 80?…¿o sería de principios de siglo?.

A cambiado tanto, y tan poco, nuestra Semana Santa en tanto tiempo para los jóvenes y, en un plazo tan corto de tiempo para los más viejos del lugar, queridos cofrades, que hoy podemos ver las mismas imágenes que antaño en blanco y negro pero a color y a la vez, jamás viviremos situaciones que por aquel entonces se podían ver y sentir.

Al igual que hoy, ayer pude observar en la foto las diferentes clases sociales unidas para lo mismo, clases sociales remarcadas en las vestimentas de los sevillanos. Sombreros de ala ancha haciendo compañía a las boinas del trabajador de la época, otros tantos con pañuelos anudados a la cabeza. Algunos, los más pudientes, fuman pipa, otros deleitan un puro grueso, parece que veo hasta el humillo…, otros simplemente fuman tabaco y de liar además. Mujeres con bonitos moños y decorados cabellos o pañuelos negros en la cabeza de alguna mujer de manos arrugadas, degradadas por el trato de la vida. Esa viejecita que se acerca a ver esa cofradía que año tras año espera para pedir a su señor o su madre santa la prosperidad o la salud en tiempos venideros para ella y su Juanillo, sus hijos, su familia….. Todos juntos, mezclados como el café de más y menos clase, pero al fin y al cabo café. Al igual que hoy, en la foto observaban el andar de un palio que va siempre de frente o bien con los movimientos del techo de palio demasiados excelsos debido a la velocidad que esos costaleros le daban a la zancada. Costaleros que por costales llevaban sacos, demasiados anchos pero suficiente por entonces para trabajar. Aún hoy podemos ver esos estilos en algunas cuadrillas, ¿ha cambiado mucho la cosa?…

Hablamos de años, décadas, pero…¿qué es este tiempo pasado al lado de toda una historia forjada por siglos?.
Pues sí que ha cambiado…, no en todo, pero si que ha cambiado, pero se mantienen tics repetitivos cofrades de lo antiguo. Costumbres malas o malas costumbres. Otras… mucho mejores.
Al fin y al cabo los que permanecen ahí intachables e iguales son los titulares, la cofradía y el sentimiento del pueblo, salvo excepciones que nadie quiere que suceda.
Esa cuadrilla, sí, la de la foto, la de costales anchos y hombres encorvados con caras de agotamiento, esa cuadrilla no tendría seguramente relevos, incluso diría que al día siguiente darían más chicotas los mismos, por unas cuantas perras…. Si habían necesidades bajo el paso, pues a hacerlas bajo el mismo dejándolas a la vista de la gente, cuando el paso pasaba ¿que remedio no?. Hoy en cambio tenemos nuestro sustituto como cualquier jugador de fútbol y así podemos hacer esas necesidades en cualquier bar, incluyendo como necesidad la de regar nuestros órganos con zumo de cebada. Cuánto y que tan poco a cambiado todo en nuestra Semana Santa. Los nazarenos de la foto seguramente hicieran esa parada marcada en el itinerario en cualquier plaza del recorrido con el antifaz “arremangado” y fumándose un cigarrito…de liar también, lo que les llevaría el doble de tiempo … descansando. No ha cambiado tampoco en esto mucho algunas hermandades de algún que otro día …

Pasado y presente, ambos de la mano, uno el presente del futuro, otro el futuro del presente, porque no existiría lo de hoy sin lo de ayer y porque al fin y al cabo todo cambia sin que cambie nada.
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