Dicen que cuando nace un sevillista, nace de nuevo una ilusión.
Que cuando nace un sevillista ya trae de fábrica la casta y el coraje, porque debe saber que aquí nunca se rinde nadie.
Pasan tantas cosas cuando nace un sevillista …
Cuando nace un sevillista, lo hace con sevillanía, lo hace con arte.
Cuando nace un sevillista empieza a cumplir temporadas en lugar de años.
Cuando nace un sevillista, nace con la filigrana bajo el brazo.
Cuando nace un sevillista no trae sangre roja. La trae“colorá”.
Cuando nace un sevillista, mira y grita al mundo en rojo y blanco.
Cuando nace un sevillista, dicen que le tiran besos desde el tercer anillo.
Cuando nace un sevillista su corazón late en volandas gritando Sevilla.
Cuando nace un sevillista, sin saberlo, ya anda pensando en recorrer kilómetros superando obstáculos.
Y es que, cuando nace un sevillista, nace un guardián más de Nervión.
Pasan tantas y tantas cosas bonitas cuando nace un sevillista…
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